La digitalización cambia el ritmo de la industria musical


Vivir en las canciones siempre fue infinitamente más sencillo que vivir de las canciones. Se hable de oídas o con la voz de la experiencia, todo el mundo conviene en que forjar una carrera musical profesional ocupa, sin discusión, un lugar preferente en miles y miles de listas de deseos de cosas (casi) imposibles. Evidentemente, la irrupción del Covid no ha ayudado a cambiar ese machacado estribillo. Pero a pesar de todo, el show sigue, la música no para. Y también se digitaliza para que la utopía de convertir el escenario en oficina esté un poquito más cerca. Ese es el objetivo de Acqustic, una startup que guía a los artistas independientes, cual mánager virtual, en los procelosos mares de la industria musical.

«En nuestra aplicación, los artistas tienen un portal de empleo donde pueden acceder a ofertas de conciertos y contactar con medios de comunicación. También les ayudamos a subir su música a plataformas de ‘streaming’ y a recaudar sus derechos de autor», resume Esteve Lombarte, CEO y confundador de la startup. Además, incluyen un servicio de gestoría para resolver las altas y las bajas en la Seguridad Social y las obligaciones tributarias. «En definitiva, permitimos que el artista se centre en su música, que no tenga que hacer solo el camino llamando a no sé cuántas puertas distintas. Nosotros pensamos que, igual que los neobancos estaban revolucionando las finanzas para determinados clientes, también era posible crear una solución tecnológica para poner las cosas más fáciles a los artistas independientes», añade Lombarte.

La ‘versión demo’ de Acqustic nació en 2016 con una idea bastante distinta a la actual. «Nunca hemos sido una plataforma de músicos para músicos. Éramos aficionados y teníamos pasión y vocación más que conocimiento de la industria musical. Veníamos del mundo de la empresa y de los eventos. Ahora somos 16 personas con perfiles muy distintos, y creo que eso nos ayuda a hacer las cosas de otra manera. Empezamos organizando actuaciones en casas particulares y jardines, y después lanzamos los ‘conciertos secretos’, actuaciones en las que el público no sabe qué artista tocará ni dónde», explica Lombarte.

Esta forma más íntima de acercarse a la música en vivo cuajó y ayudó a acelerar la evolución de la plataforma. «Nos dimos cuenta de que podíamos ir más allá e impulsar y acompañar la carrera de los artistas. Lo llamamos ‘from zero to hero’. Es difícil crecer en este mundo, pero cuando ayudas a que ocurra, cuando ves la evolución de un artista paso a paso, es gratificante. Lo hemos vivido con casos como el de Guitarricadelafuente, y es realmente bonito», relata el fundador de Acqustic.

La plataforma dispone de una versión gratuita, pero el acceso a todas las herramientas se logra con el pago de una cuota de 99 euros al año. «También ofrecemos al artista campañas de posicionamiento de canciones. Lo que sería el SEM en el mundo de la web, pero centrado en activar el algoritmo de Spotify, por ejemplo. Estas campañas se pagan a unos 400 euros la canción. Y si el artista acaba destacando, también podemos hacer contratos ya más parecidos a los tradicionales para impulsar su carrera», explica Lombarte. Ambición no falta. Tras cerrar una ronda de financiación por 425.000 euros, la plataforma perfila su desembarco americano. «Somos socios de un prestigioso estudio de grabación de México, Estudio 13. A través de ellos, ya trabajamos con unos 15 artistas de este país y de EE.UU., y queremos seguir creciendo. El objetivo es ser una compañía global, y si un artista español triunfa, poder acompañarlo en sus primeros pasos en América», relata Lombarte.

La compañía sigue organizando sus propios conciertos y elaborando la programación de otros eventos. Lombarte reconoce que el golpe del Covid ha sido duro para la música en vivo. Pero subraya que «la gente tiene muchísimas ganas de directo, creo que vamos a vivir un boom en los próximos años». Aunque nada volverá a ser igual. «La pandemia ha puesto en valor los conciertos en pequeño formato, más cercanos, y costará volver a ver esos festivales con 30.000 personas en los que era difícil disfrutar de la música», pronostica. Durante el último año, en pleno azote pandémico, la firma pudo organizar 450 pequeños conciertos. Y su plataforma ya supera los 2.000 artistas registrados. Al ritmo esperanzador que marca la vacunación, la startup aspira a facturar un millón de euros este año. Y a seguir creciendo junto a los soñadores que, atrapados en el ruido eterno, no renuncian a vivir del canto.

Source: Noticias

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