La consultora alemana DMSA pedirá la bancarrota de Evergrande por impago de su deuda


Ha llegado el momento de la verdad para la constructora china Evergrande, que acumula una deuda de 300.000 millones de dólares (260.000 millones de euros) y se enfrenta desde septiembre al pago de créditos e intereses, algunos de ellos extranjeros, a los que no puede hacer frente. Tras salvar todos ellos sin declarar el impago, anunciando acuerdos secretos con sus acreedores locales o asegurando que había abonado sus deudas internacionales, este miércoles le aguardaba otra prueba de fuego. Antes de la medianoche (hora de Asia), debía pagar 148 millones de dólares (128 millones de euros) en intereses de tres bonos ya vencidos cuyo periodo de gracia concluía a los 30 días.

Terminado el día en China, uno de los acreedores de estos bonos, la consultora alemana DMSA (Deustche Markt Screening Agentur) ha difundido un comunicado anunciando que no ha recibido su parte del dinero y que, por tanto, prepara ya una demanda de bancarrota contra Evergrande. Se trata de la primera acción legal contra este gigante de la construcción, cuya astronómica deuda se está contagiando ya al resto del sector y amenaza con reventar la burbuja inmobiliaria china.

«Con los bancos en Hong Kong ya cerrados, es seguro que estos bonos han caído en el impago», asegura uno de los analistas de DMSA, Marco Metzler, cuyo comunicado ha sido recogido por la agencia alemana de noticias DPA. La firma DMSA, que se define como «un servicio independiente de datos que recoge y evalúa información de las empresas y está al servicio de los consumidores», reconoce que invirtió en los bonos de Evergrande «para poder pedir la bancarrota de la compañía como acreedor».

De hecho, insiste en que la inmobiliaria china ya entró en impagos con dos bonos que debía satisfacer en septiembre, cuyo periodo de gracia se prolongó hasta finales de octubre. Pero DMSA denuncia que «poco antes de que acabara el periodo de gracia, el público fue confundido por rumores sobre el supuesto pago de dichos intereses y la prensa internacional también dio dichos rumores por ciertos». En otros dos comunicados del 25 y 29 de octubre, la consultora germana ya vaticinaba la bancarrota de Evergrande y advertía de que provocaría lo que denominaba un «Gran Reseteo»: «el colapso final del sistema financiero global».

Más allá de esta catastrófica previsión, DMSA alerta de que Evergrande tiene pendientes de abonar 23 «bonos cruzados y, si uno no es satisfecho, todos los demás también caen en el impago. Pero matiza que esto no significa automáticamente la bancarrota de la compañía, que es la segunda inmobiliaria de China. «Para determinar la bancarrota, una demanda de insolvencia debe ser presentada en los tribunales. Esto puede ser hecho por la propia empresa o por sus acreedores», avanza DMSA sus siguientes pasos. Tal y como concluye su comunicado, «DMSA está preparando el procedimiento de bancarrota contra Evergrande. Ya estamos hablando con otros inversores sobre este asunto. Estaríamos encantados si más acreedores se unen a nuestra acción en grupo». Para su analista, Marco Metzler, «tan pronto como los tribunales abran el proceso por insolvencia, Evergrande entrará oficialmente en bancarrota. Y eso es solo cuestión de días».

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