La Caixa exhibe músculo en Naturgy tras hacer fracasar la opa del fondo IFM
El trayecto de IFM para asaltar Naturgy era más empinado cada día que se acercaba el plazo final de la opa, hasta convertirse en una pendiente casi vertical. El fondo australiano ha llegado finalmente a la meta, pero ya sin fuerzas y con La Caixa en plena forma. Resultado: se tendrá que conformar con un 10,83% del capital social, cuando su intención era hacerse con hasta el 22,7% y un mínimo del 17%.
Fuentes del mercado hablan directamente de «fracaso» ya que han tenido que rebajar sobremanera sus objetivos. No solo por únicamente haber podido adquirir ese porcentaje -equivalente a unos 2.300 millones de euros-, sino también porque se ve forzado a aceptar que su presencia en el consejo de administración quedará en una persona.
«Nos entusiasma la perspectiva de aportar nuestra experiencia y conocimientos técnicos para seguir apoyando la estrategia que el grupo tiene prevista», señaló ayer Jaime Siles, vicepresidente de IFM Investors. Fuentes cercanas al fondo explican que su intención sigue siendo la misma que antes: apoyar el plan estratégico, las inversiones planteadas, para continuar creciendo. Y ahí es donde ha surgido uno de los ‘pecados’ de los australianos en su asalto.
IFM afirmó hace semanas que, de ser necesario, propondría reducir o incluso eliminar el dividendo de Naturgy para ahondar en el plan estratégico. Eso pensaban entonces… y eso piensan ahora. Mantienen su especie de órdago de que ellos no entran en la energética por la remuneración al accionista, de la cual estarían dispuestos a prescindir llegado el caso.
Esto último fue la gota que colmó el vaso para el accionista con más poder en Naturgy: la Fundación La Caixa, que opera a través del holding Criteria. La relación de la entidad presidida por Isidro Fainé con IFM no ha sido buena prácticamente desde el principio, pero la amenaza de darle un tijeretazo o dilapidar directamente el dividendo no sentó nada bien en el holding. De hecho, Fainé salió al paso con declaraciones públicas, algo nada habitual, para defenderse frente al ataque porque la remuneración de Naturgy, para La Caixa, es sagrada.
Puentes tendidos
Fuentes cercanas a IFM, tras haber fracasado en su asalto y haber tenido que conformarse con menos de la mitad de lo planteado en un inicio, destacan que no tienen líneas rojas con ninguno de los accionistas. Ni con La Caixa, ni con GIP, ni con Rioja, ni con Sonatrach, que entre todos suman más de un 70% del capital. El fondo australiano tiende la mano a los grandes accionistas de la energética y se abre a llegar a acuerdos con todos ellos.
Aun así, fuentes financieras consideran que las relaciones entre La Caixa, que ostenta el 26,7% del capital y que ganará un nuevo consejero, e IFM tienen difícil reconducción mientras los australianos sigan enrocados en su amenaza al dividendo. Han tenido muchos meses para entablar relaciones, o más bien recobrarlas, ya que en el holding ya conocían bien al fondo, y no ha desembocado en amistad. Todo lo contrario, además desde el principio.
El fracaso de la opa supone el triunfo de La Caixa, y el músculo que esta exhibe como accionista principal de la gasista. Su muestra de poder viene de meses atrás, cuando Criteria anunció como respuesta a IFM que continuaría comprando acciones de Naturgy hasta alcanzar algo menos del 30% del accionariado.
Se trataba de transmitir un mensaje de que están plenamente comprometidos con la energética y que deseaban mantenerse como accionista principal, incrementando aún más su participación. Ahora las dudas que se abren son respecto a si IFM y La Caixa librarán una guerra soterrada a través del consejo de administración, pero fuentes cercanas al fondo australiano reconocen que su capacidad de actuación queda reducida después de que no se haya logrado el objetivo primigenio. Y con el núcleo duro de la empresa en contra, su margen es muy escaso.
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