José Vicente de los Mozos: "La posibilidad de unas terceras elecciones ha frenado inversiones"


Desde su puesto como máximo responsable mundial de la división industrial de Renault, ha conseguido que las fábricas de esta marca establecidas en España sean las más importantes para el grupo, incrementando su competitividad. Ha logrado atraer a nuestras plantas inversiones que aseguran el flujo de empleo a medio plazo. Pero la lucha por la competitividad es una constante en su forma de trabajo para asegurar el futuro en un mundo global. Por ello, le duele la actual situación política que atraviesa España, que, en su opinión, está perjudicando a las nuevas inversiones que tendrían que producirse en estos momentos. José Vicente de los Mozos tiene una privilegiada visión de la situación del sector y de cómo será el futuro del automóvil y de su industria. «El mundo del automóvil –opina– se va a transformar en los próximos cinco años tanto en el tema de las energías alternativas y las emisiones como en el de la conectividad y el coche autónomo».

–¿Cómo va a afectar al sector la conectividad?

–Primero hablamos de conectividad en el producto, los automóviles, y la acumulación de datos en la nube. De ahí el acuerdo que hemos suscrito con Microsoft. Pero también va a afectar a los procesos industriales. Por ejemplo, llega un momento en que la línea de prensas se rompe, con el perjuicio de una parada de semanas. Ahora estamos experimentando un sistema con 200 captores que miden presión y temperatura y, antes de que llegue la ruptura, nos alertan del riesgo y puedes anticiparte a una gran avería.

–Algunas modas, como el coche compartido, no son aceptadas por muchos clientes. ¿Habrá diferentes formas de comercialización?

–Habrá mucha gente que seguirá sin querer compartir su coche. Pero en las grandes ciudades el «car-sharing» va a ser una realidad y la gente no tendrá la propiedad sobre el coche, sino que lo compartirá. Esto se va a desarrollar en función de las diferentes ciudades o sectores. Tendremos públicos diferentes a los que dirigirnos. Por ello, al igual que la industria, la distribución deberá evolucionar. Hay constructores que se han introducido en servicios de movilidad, porque éste va a ser un nuevo negocio.

–En este escenario, ¿tendrán más ventajas las marcas generalistas con amplia gama de producto?

–Es evidente que tendrán más ventajas los que tengan más vehículos diferentes, desde utilitarios a turismos o industriales. Siempre de cuatro ruedas, porque creo que el mundo del automóvil es diferente al de la motocicleta. No hay razón para que un profesional tenga que tener dos vehículos, cuando puede compartirlos.

–¿Qué pediría a las autoridades para la promoción del coche eléctrico?

–Lo primero sería tener un plan de incentivos estable, cosa que en 2016 no existe. No se puede decir por la mañana que hay que incentivar el uso del coche eléctrico y, por la tarde no avanzar ni en infraestructuras ni en ayudas a este tipo de coches, sobre todo en las grandes ciudades. Me parece bien que las nuevas gentes que llegan a los ayuntamientos sean creativas, pero sólo tendrían que fijarse en lo que hacen otras grandes ciudades europeas e implementarlo rápidamente en Madrid y Barcelona. Perder tiempo es perder competitividad y oportunidades. Y hay gente que parece no ser consciente de ello.

–¿Es una responsabilidad municipal o estatal?

–De todos. En Madrid, el Ayuntamiento, la Comunidad y el Ministerio de Industria deberían ponerse de acuerdo para promover el desarrollo de los coches eléctricos. Es una responsabilidad compartida. Yo lo he intentado, pero no lo he logrado. Por ejemplo, para poner puntos de recarga debería hacerse como en Francia, donde la iniciativa privada es la que los pone. Pero la actual normativa española ni hace, ni deja hacer. Y mientras, hay una parálisis.

–¿Cuál debería ser, en su opinión, la prioridad del nuevo Gobierno?

–Sin duda, la prioridad del nuevo Gobierno debe ser generar fuera de España la confianza que tenía hace un año, para que las inversiones vuelvan. Es lo más urgente. Somos exportadores y necesitamos que se invierta. Y la primera prioridad debe ser generar esta confianza perdida.

–¿Cree que la confianza en España se ha perdido?

–La palabra elegida es incredulidad. Es increíble cómo después de un año hay posibilidades de que tengamos que ir a unas terceras elecciones. Que la gente sea incapaz de dialogar y ponerse de acuerdo. Esta circunstancia está haciendo que se replanteen muchas inversiones porque, ¿cómo vas a invertir en un país en el que no hay diálogo? ¿Quién te dice que mañana no entra un nuevo Gobierno que paraliza todo lo anterior? Estamos viendo cómo las corporaciones de Barcelona y Madrid han parado proyectos de inversión en estas dos ciudades. Además, los efectos de lo que pasa hoy los sufriremos en un espacio de año y medio o dos años. Cuando veamos dentro de dos años que aumenta el paro, diremos que el Gobierno de entonces lo hace mal. No es así. Estaremos recogiendo la parálisis que estamos sufriendo hoy. Frenar inversiones hoy no creará empleo en el futuro.

–¿Cómo podemos mantener nuestro actual nivel de producción de coches en España?

–Primero, es necesario que tengamos un mercado interior fuerte, del orden de 1,3 millones de unidades entre turismos y derivados. Luego, cada empresa tiene estrategias diferentes. En nuestro grupo, en el año 2009, cuando le vimos las orejas la lobo con Valladolid, aceptamos que había que plantear una forma distinta de trabajar: ser competitivos. En 2012 nos comprometimos, en un momento muy negativo para nuestro país, en un volumen de empleo y de actividad y este año, anticipándonos a la revolución que hay en el automóvil, hemos propiciado un acuerdo hasta 2020 comprometiéndonos en empleo y en actividad. Los demás han intentado seguirnos, pero ninguno se ha comprometido ni en empleo ni en actividad. Nosotros exportamos a 130 países y, si somos competitivos, como es nuestro caso, el volumen llega. Pero el volumen de producción y los nuevos modelos vienen porque se hacen las cosas bien en cada marca.

Source: The PPP Economy

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