José María Álvarez: "Está claro que Cataluña y España tienen que entenderse y dialogar"


Cándido Méndez dejará el sindicato después de 22 años al frente de él. Fue elegido en el 36º Congreso del sindicato, que desde hoy celebra su cuadragesimosegunda edición. Serán 601 delegados los que elegirán a su sucesor. El favorito en las apuestas es José María Álvarez, pero hay alternativas.

–¿La secretaría general de UGT es una carrera entre dos?

–Habrá que saber cuántas personas cuentan con los avales suficientes. Yo los tengo. Pero no será un proceso fácil, por que el mundo de UGT no es fácil.

–¿Por qué?

–Porque el sindicalismo no pasa por el mejor momento de su historia. Nuestro trabajo no es percibido por la sociedad.

–Permítame que vaya un paso hacia adelante. ¿No tiene la sensación de que el sindicalismo está medio moribundo?

–En las empresas estamos bien. Es verdad que hemos tenido una bajada importante en la percepción que se tiene de nuestro trabajo en la sociedad. Por eso este congreso es importante para reencontrarnos con los trabajadores. Eso pasa por un cambio interno, de organización. Tenemos un sindicato con demasiada cabeza; hay que drenar recursos para que lleguen a las extremidades, a los lugares donde hay trabajadores y para eso es necesario un plan de viabilidad.

–Y también porque UGT, desde el punto de vista económico, no está para muchas alegrías, ¿no?

–Por encima de todo porque vamos a tener tan sólo tres organizaciones sectoriales, no seis. También tiene que ver con los recursos con los que contamos, que hay que dedicarlos a los afiliados y a crecer en afiliación.

–Porque está bajando como en los partidos políticos.

–Sí, pero por razones distintas. La bajada en nuestro caso tiene que ver con las cifras de paro. Cuando un trabajador pierde su empleo y deja de cobrar las prestaciones se da de baja en el sindicato.

–¿Cómo se interpreta desde dentro esa reducción?

–Siempre que hay movimientos es complejo entenderlos desde la propia organización. Pero creo que hay que ir a este proceso porque tenemos muchas federaciones que son siglas. Llevamos desde hace muchísimos años con una organización que ha ido tomando decisiones, pero nunca una decisión integral. Hay que preparar al sindicato para los próximos veinte o treinta años.

–El mundo sindical no es demasiado proclive a los cambios. Basta con ver el número de secretarios generales que ha habido en los últimos años en las dos grandes centrales.

–En nuestro caso tiene una explicación clara y es que hasta el último congreso no existía limitación alguna en el número de mandatos. A partir de ahora ningún secretario general podrá estar en el cargo más de tres mandatos.

–¿Es difícil sustituir a Cándido Méndez?

–No será nada fácil. Como tampoco lo fue en su momento sustituir a Nicolás Redondo. Tenemos que dejar de hablar de nuestros problemas y hablar de los problemas de la gente.

–¿De cuáles, por ejemplo?

–Del de las personas de más de 55 años que están en el desempleo de larga duración y a las que hay que encontrar un puente para que lleguen dignamente hasta la jubilación. Cuesta menos que cualquier rescate. No puede ser que hayan cotizado durante 25, 30 o 35 años y que ahora se jubilen con una base del 40%.

–¿Qué más se necesita?

–Un plan estratégico para la industria, que las políticas sociales se desarrollen de una manera menos autárquica… En este país tenemos trabajadores que trabajan para ser pobres y hay que buscar una solución para mantener su vida con dignidad. Eso son los temas que yo quiero plantear si soy elegido secretario general.

–¿Cómo ve la situación económica de España?

–Tenemos la costumbre de lanzar las campanas al vuelo tanto para una cosa como para la contraria. Hay que hacer los deberes y atender a las personas. Que no estén en lo que yo llamo la economía del viento y que se traduce por depender del precio del petróleo o del cambio euro/dólar y no de lo que produzcamos o de los servicios que prestemos y seamos un país competitivo.

–¿Le perjudica su vinculación con el independentismo catalán?

–Creo que me hace daño a mí y al país. Más allá de cualquier nacionalismo me presento a la secretaría general de la UGT de España y voy a defender a todos los trabajadores de mi país. Pero dicho esto, está claro que Cataluña y España tienen que entenderse y dialogar.

Source: The PPP Economy

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