"Invest on Board": lo buenos negocios vuelan a miles de pies de altura
Hasta ahora, cuando un emprendedor preparaba un «elevator pitch» –la breve presentación en la que cuenta su proyecto para convencer a un inversor–, lo hacía pensando en una duración de dos o tres minutos, poco más de lo que dura un viaje de ascensor en un edificio de oficinas. Pero ya hay quienes enfocan su discurso hacia quienes pueden verlo en lo que dura el despegue de un avión, porque esa es la propuesta que hace Turkish Airlines: unir proyectos empresariales interesantes con posibles inversores que estén entre sus pasajeros.
El programa se denomina «Invest on Board» («Invierte a Bordo») y ofrece a los emprendedores la oportunidad de dar a conocer sus «start-ups», de ámbito tecnológico, a través de un vídeo en el que explican su proyecto o plan de negocio con el fin de captar el apoyo financiero de quienes lo ven cómodamente en la pantalla individual de su asiento durante un vuelo. Si un pasajero considera interesante invertir en cualquiera de los proyectos, la compañía aérea facilita el contacto a través de una plataforma abierta en la web. De ahí que su lema sea «Los negocios nunca han volado tan alto».
Turkish Airlines presume de que es «el único ecosistema de emprendimiento de su tipo» en todo el mundo. Mientras que otras compañías apuestan por el modelo de crear una aceleradora de empresas, la aerolínea turca plantea un sistema audiovisual de promoción. «Es un contenido que nunca antes se había visto. Personas muy brillantes de todos los rincones del mundo están compartiendo sus ideas con los viajeros, que reciben un ‘‘elevator pitch’’ en perfectas condiciones y sin prisa», apuntan fuentes de la empresa.
La compañía puso en marcha este programa a finales de 2013 con el objetivo de «ofrecer contenido premium de entretenimiento en vuelo para los pasajeros de clase business y proporcionar una ocasión especial de recibir inversión y una oportunidad de comercialización gratuita para ‘‘start-ups’’». Con este papel de mediación no sólo desarrollaba sus principios de responsabilidad social corporativa, sino que también se mostraba como una aerolínea creativa y emprendedora.
Al principio, el catálogo de «Invest on Board» lo componía una decena de proyectos empresariales de origen turco. Pero la buena acogida del programa ha llevado a la compañía a lanzarlo a escala internacional, lo cual ha multiplicado los participantes y las posibilidades de inversión. De hecho, en la actualidad hay más de 300 «start-ups» de más de 40 países. Sus vídeos han acumulado ya más de un millón de visualizaciones, con una media de más de 2.600 visitas cada uno. Ahora son un apartado más entre los contenidos audiovisuales bajo demanda que están a disposición de todos los pasajeros de Turkish Airlines en vuelos internacionales, no sólo de la clase Business, porque la aerolínea entiende que los inversores no siempre viajan en la clase superior.
Cualquier «start-up» que quiera participar en el programa puede solicitarlo a través de la web investonboard.com o en los espacios que la compañía instala en los principales eventos para emprendedores de todo el mundo. A partir de ahí, los candidatos pasan por un proceso de selección de los mejores proyectos. Según detalla la aerolínea, «Invest on Board» tiene «una junta directiva responsable de evaluar a los solicitantes mediante varios criterios, tales como la originalidad, singularidad e implementabilidad, siendo ésta la más importante de todas ellas».
Las «start-ups «seleccionadas tienen, de una u otra forma, un contenido tecnológico: servicios web, páginas de contenidos, juegos para móviles, aplicaciones de realidad virtual… En el catálogo actual hay proyectos de muy diversa índole, como Junkbot, que vende kits de robótica para desarrollar las capacidades educativas de los niños; Spopal, una aplicación para encontrar compañeros con los que hacer deporte; o Flooting.com, una web donde vender las cosas que no usamos a cambio de puntos con los que poder comprar otras cosas. Las opciones disponibles se van actualizando cada pocos meses.
En cuanto a los inversores, cualquiera que encuentre una oportunidad interesante tiene que dirigirse a la web del programa y registrar allí su solicitud con la «start-up» elegida, para a partir de ahí establecer contacto directo por correo electrónico. Al realizar sólo la función de un intermediario que tiende puentes entre emprendedores e inversores, sin intervenir en las posibles operaciones de financiación, Turkish Airlines no dispone de un cálculo sobre el impacto económico. Pero sí ha localizado casos de éxito, como el de TaxiStartup, una plataforma desarrollada en Dinamarca que permite gestionar una flota de taxis. Gracias a este programa, el proyecto recibió el apoyo del inversor bielorruso Ilya Atrashkevic, que hoy forma parte del equipo de la compañía, presente ya en más de 30 países.
Source: The PPP Economy