Francia y Alemania se adelantan en el control del precio de la luz


Los problemas económicos que ha desencadenado la guerra de Ucrania y las sanciones contra Rusia, sobre todo las que se refieren al asunto de la futura congelación de las compras de gas y petróleo, vienen a complicar la tramitación en Bruselas de la propuesta del presidente del Gobierno Pedro Sánchez para intentar limitar el precio de la electricidad. Mientras aumentan las presiones a Alemania para que acepte las consecuencias económicas de cortar cuanto antes las compras de gas ruso, la Comisión tiene cada vez menos espacio para conceder ventajas especiales a España, que es precisamente un país que no depende del gas ruso. Sobre todo porque otros gobiernos como Italia están tratando de buscar soluciones alternativas o como Francia, ya las han aplicado sin esperar a que la Comisión le hubiera concedido el permiso preceptivo.

De lo poco que se sabe de la propuesta española es que se basa en la fragmentación del mecanismo para establecer el precio de la electricidad entre el que se aplicaría a los consumidores españoles y portugueses del que mantendría la electricidad que se exporta a Francia, principalmente para aprovechar los excedentes de las renovables, que seguiría manteniendo el coste vinculado al del gas. El principal argumento del Gobierno es que la interconexión con Francia es muy poco importante, pero el problema es que Francia en estos momentos ya subvenciona la electricidad –de forma unilateral– incluso la que viene de España.

Italia, sin embargo, ha decidido prepararse para garantizar el suministro del gas antes de llegar a un corte radical del gas ruso. El primer ministro Mario Draghi ha pactado con Argelia un aumento de las entregas de gas, de manera que se aprovecha de las malas relaciones que este país tiene ahora con España por los movimientos del Gobierno de Pedro Sánchez a favor de Marruecos, y si no ha podido ir a Angola y otros países africanos en busca de nuevos contratos como tenía previsto es porque ha resultado positivo por Covid-19 y se ha quedado aislado. De todo modos, el antiguo presidente del Banco Central Europeo ha hecho una propuesta muy novedosa para tratar de ayudar a Alemania en su decisión y que consiste en aplicar el tope de precios directamente en las negociaciones con Rusia. «El poder de mercado que tiene la Unión Europea frente a Moscú es un arma que debe usarse», ha dicho en una entrevista al ‘Corriere della Sera’ en la que se pronuncia por imponer «un tope en el precio del gas para reducir la financiación que le damos a Rusia todos los días» y con la que Vladimir Putin financia la guerra.

La propuesta de Pedro Sánchez lleva en manos de las Comisión más de tres semanas y a pesar de que Úrsula von der Leyen le había prometido tramitarla por vía de urgencia, el caso es que los técnicos comunitarios siguen teniendo muchas dudas sobre su viabilidad y sobre la posibilidad de que cualquier litigio de una eléctrica de otro país podría oponerse en los tribunales.

El presidente francés Emmanuel Macron, que como todos los demás se enfrenta a los efectos de la brusca subida del precio de la energía, había optado por su cuenta por establecer un tope a las subidas del precio de la electricidad. Macron ha limitado el aumento de la tarifa al 4% cuando los costes han subido un 40% durante seis meses. La diferencia, unos 8.000 millones de Euros, la paga el Estado. De hecho, entre gas, electricidad y gasolina, el Gobierno francés podría llegar a gastar 24.000 millones este primer semestre. Se da por cierto que la inacción de la Comisión ante esta política, que es claramente una ayuda de Estado, tiene mucho que ver con el hecho de que Francia vive en estos momentos en una atmósfera electoral, pendiente de las presidenciales que se resolverán el domingo próximo.

Source: Noticias

GrupoUnetcom