FMI y Alemania discrepan sobre el rescate de Grecia


Grecia volvió a enfrentarse ayer a un guion conocido. Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro se reunieron en Bruselas para intentar desbloquear la segunda revisión del tercer paquete de rescate. Las necesidades de financiación no son inminentes, pero podrían serlo si Atenas vuelve a entrar en otra espiral de retrasos, ya que en el mes de julio el país deberá afrontar la amortización de la deuda por valor de 7.500 millones de euros.

Una vez más, necesita la luz verde de sus acreedores internacionales para evitar el abismo. A pesar de que Grecia ha hecho los deberes en forma de un ajuste de su PIB de un 2% adicional, que incluso se prolongará más allá de la finalización de su paquete de rescate el año que viene, el problema de fondo sigue siendo el mismo: la sostenibilidad de la deuda.

El primer ministro heleno Alexis Tsipras se enfrentó el pasado miércoles a una huelga general como el preámbulo de la aprobación en el Parlamento heleno de un recorte de las pensiones de hasta el 18% y un aumento de los impuestos para las rentas más bajas. Aunque estas medidas cuentan con el beneplácito de la zona euro, al cierre de esta edición la reunión no había finalizado todavía.

Las grandes divergencias provienen del seno de las instituciones acreedoras. El Fondo Monetario Internacional (FMI) sigue sin participar en el tercer paquete de rescate con dinero contante y sonante ante sus dudas de que Atenas puede hacer frente al pago de una deuda que escala sin control.

Source: The PPP Economy

GrupoUnetcom