Fernández Toxo: «España no puede ser un país de camareros “low cost”»


–Tras los últimos pinchazos en las calles, ¿esperan lleno hoy?

–Es cierto que la durante la crisis se ha resentido la capacidad de convocatoria. La gente empieza a recuperar el tono, el crecimiento de la economía anima a reivindicar mejores salarios y pensiones.

–¿A qué se debe la desconexión sindical de los jóvenes?

–Es una expresión de que los jóvenes se incorporan cada vez más tarde al mercado de trabajo. Quien lo hace, en una parte importante, lo hace fuera de España o con trabajos muy precarios. Es normal que se retraiga la afiliación. Luego hay un problema de base: el sindicalismo está fuera del sistema educativo.

–El sindicalismo es como el dentista, sólo se recurre en caso de urgencia.

–Suele ser así. Tenemos un modelo algo perverso, ya que afiliarse no da un plus respecto al resto de trabajadores. Los beneficios de las negociaciones llegan a todos los trabajadores. Tiene que seguir siendo así, pero hay que buscar la manera de que la gente entienda que los derechos no se heredan.

–Su último Primero de Mayo como secretario general, ¿cómo va a dejar la afiliación?

–Se está produciendo una mejora. Venimos de un periodo muy duro. Sobre todo cuando la gente empieza a dejar de recibir prestaciones por desempleo. Es en ese momento, cuando no se puede pagar ni el recibo de la luz, en el que se deja de pagar la cuota de afiliación.

–Da la impresión de que CC OO nada entre dos o tres aguas…

–Es una opción consciente. Esto genera incomodidad en la oposición, que quisiera tenernos de ariete frente a la acción del Gobierno. Pero actuamos en función de nuestro propio criterio.

–Se les ha visto con buena sintonía con Podemos, ¿apoyan la moción de censura?

–Su secretario general me llamó para comentarme esa iniciativa. Él sabe, como lo sabe hoy toda la sociedad, que eso no tiene más recorrido que el propio debate. Desde ese punto de vista, no me parece mal que se discuta en el Parlamento. Es bueno que se discuta de lo que está pasando y que está en todas las portadas. No puede ser que el Parlamento sea el único lugar donde no se discuta.

–Usted ha tenido trato con algunos de los personajes que hoy duermen en Soto. ¿Se lo olía?

–No sé si a ese nivel, pero las práctica del ex presidente de CEOE (Gerardo Díaz Ferrán) eran vox populi. Este ambiente de corrupción generalizada, que en realidad afecta a una minoría, está haciendo daño a la sociedad, a su economía y a su crédito internacional. Tenemos que desprendernos de esta lacra. Hace falta un proceso de regeneración y una reforma constitucional. Hay un problema de financiación de partidos, que acuden dopados a las elecciones con recursos públicos. Se debe impedir el acceso a contratos públicos de empresas que arrastren casos de corrupción.

–¿Apuestan por la estabilidad del Gobierno?

–La estabilidad hay que ganársela. Lo que hemos ofrecido es diálogo para lanzar un plan de choque de empleo, una reforma fiscal que dote de los recursos a las administraciones, diálogo sobre pensiones… Si esto avanza, el Gobierno gozará de estabilidad.

–Lo digo porque tras los tijeretazos que han sufrido, con el Gobierno en minoría se adivina cierto ánimo revanchista.

–Esto no funciona así. Hemos elevado el tono, pero con una oferta de negociación.

–¿Implica esto que descarta la huelga general?

–Es un instrumento democrático que está a disposición de la ciudadanía. Prefiero llegar a acuerdos que convocar huelgas. La huelga no es un fin. No me realizo convocando movilizaciones. Pero no podemos avanzar con un modelo de relaciones laborales «low cost». España no puede ser un país de camareros, sobre todo de camareros mal pagados, con todo el respeto. Hay que hacer una reflexión sobre el modelo económico.

–¿Está parada la subida salarial por la cláusula de garantía respecto al IPC?

–El incremento salarial que se pacte en los convenios tiene que ir acompañado de esa cláusula que asegure el poder de compra. Si se dan esas circunstancias, habrá acuerdo.

Source: The PPP Economy

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