España se enfrenta a las navidades más caras de las últimas décadas


A las navidades de la recuperación se les ha sentado a la mesa un invitado inesperado hasta hace pocos meses. La i

nflación ya se come el ahorro de los españoles, que había llegado a niveles de récord por la pandemia, justo en las fechas donde más gasto ejecutan los hogares. El IPC de noviembre adelantado por el INE da cuenta de lo que acontece, con unos precios un 5,6% más caros que en el mismo mes del año pasado.

Así las cosas, la subida de la luz y los combustibles, que justifican el espectacular alza del índice de precios, serán los principales hándicaps para el poder de gasto en las fechas de mayor consumo para los hogares españoles. Empezando por los carburantes, para una de las épocas del año donde más movimientos se producen, alrededor de 20 millones de viajes por carretera solo en la operación salida de Navidad si atendemos a las cifras prepandemia de 2019. Esta partida, aunque empieza a moderar subidas, registra precios no conocidos desde 2012. Según el último Boletín Petrolero de la Unión Europea, el litro de gasolina se ha encarecido un 27% desde que empezó 2021 y el de diésel un 29%. O lo que es lo mismo, llenar el depósito cuesta casi 20 euros más que a principios de enero.

En otras opciones de desplazamiento, el golpe no es menor. Sobre todo cuando hablamos del tren y alta velocidad. Conocida ha sido la polémica por el nuevo sistema de tarifas de Renfe, que en un principio perseguía «el objetivo de facilitar y abaratar la compra de billetes». Nada más lejos de la realidad, la eliminación de tarifas como la ‘ida y vuelta’ y un rediseño tarifario que obliga al usuario a pagar por servicios que antes tenía incluidos en el precio continúa provocando una ola de críticas hacia el operador nacional en redes sociales. Aunque cabe destacar que en el corredor Madrid-Barcelona, la entrada de nuevos competidores por la liberalización ferroviaria ha tirado de los precios de la alta velocidad a la baja.

Conocida ha sido la polémica por el nuevo sistema de tarifas de Renfe, que en un principio perseguía «el objetivo de facilitar y abaratar la compra de billetes»

No ha sido el único rediseño de precios que ha desinflado el poder adquisitivo de los españoles. El nuevo sistema de tarifas de electricidad del Gobierno, que entró en vigor en junio, ha sido uno de los grandes protagonistas del año, con un esquema de tramos horarios al que muchos tildaron de recaudatorio. Esto, sumado al espectacular alza de los precios mayoristas, presionó al Gobierno a rebajar el IVA de las facturas de los hogares del 21% al 10%, además de a eliminar el impuesto del 7% sobre el valor de producción de energía eléctrica hasta final de año, entre otras medidas.

Con todo, los precios de la electricidad siguen siendo la mayor amenaza para los hogares, porque a pesar de la rebaja, los altos precios del gas y de los derechos de CO2 siguen tensionando los precios en los mercados mayoristas. De hecho, noviembre ha finalizado como el segundo mes más caro de la historia, con el megavatio hora a 193 euros en el ‘pool’. Una coyuntura, a la que se suma la alta demanda de electricidad en estas fechas, con el añadido del uso de las calefacciones (que además también tirará de la demanda del gas), que probablemente hagan de diciembre otro mes de precios récord.

El golpe a su efectivo lo notarán aún más aquellos inquilinos en régimen de alquiler a los que sus caseros les hayan revisado el contrato con el IPC. Ya el mes pasado, con la publicación del índice de precios de octubre (+5,4%), el portal inmobiliario Idealista cifró en 450 euros más anuales el gasto en arrendamiento de vivienda en las grandes capitales.

Los expertos creen que todas estas alzas tendrán un notable impacto en la campaña de Navidad. «Son bienes que no puedes evitar pagar, lo que lleva a una menor renta disponible para adquirir otra serie de bienes. Productos que además están subiendo de precio, lo que hace que este año la campaña de navidad pueda verse resentida y se refleje en un menor consumo», explica Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor del IE University.

«Son bienes que no puedes evitar pagar, lo que lleva a una menor renta disponible para adquirir otra serie de bienes» (Juan Carlos Martínez Lázaro, IE University)

Por su parte, el economista, profesor e investigador de ESIC Fernando Castelló Sirvent cree que más que detraerse el consumo se diluirá el ahorro embalsado por los españoles en pandemia. «Tenemos un excedente de liquidez, pero esa liquidez se verá minorada por el incremento de precios. El incremento surge de los componentes más ligados a energía pero también se ve en algunos alimentos y en algunos productos que están en la cesta de consumo de los hogares», dice.

Sube la cesta

Porque la partida de la energía, que empuja los precios al alza, ya se deja notar en la cesta de la compra para las familias. De un análisis elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se extraen indicios claros de la subida de bastantes alimentos básicos en los últimos seis meses. En concreto, la margarina, la pasta, los lácteos, el pollo, la ternera y los huevos son los productos que más han incrementado su precio con subidas que oscilan entre una horquilla del 8,3% y hasta un 21,2% en solo seis meses. «Son alimentos en los que la energía en sus diferentes fases de producción -elaboración, conservación, transporte y distribución- suponen un coste muy importante», aclaran desde la OCU.

Por ello, los portavoces de la asociación de consumidores advierten del riesgo de que estas subidas se generalicen a otros productos y, sobre todo, de que se consoliden en el tiempo, incluso más allá del periodo navideño. «Las declaraciones de distribuidores que avisan de que se van a tener que trasladar las subidas de la energía a los lineales de los supermercados, y el mantenimiento de unos precios muy elevados de la energía, auguran que la subida de los precios de la alimentación se va a prolongar en el tiempo», avisan desde la OCU.

Al respecto, el director general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), Ignacio García Magarzo, envía un mensaje de tranquilidad a los consumidores y recuerda que los precios de alimentación en nuestro país se han mantenido «extraordinariamente estables» en los últimos años. «España es un gran productor de alimentos y la cadena es muy eficiente», explica García Magarzo, quien asegura que los precios van a subir lo menos y lo más tarde posible. «Hay razones objetivas que tienen que ver con el encarecimiento de las materias primas y de la energía, pero que se están trasladando al consumidor lo menos posible», apostilla.

«Hay razones objetivas que tienen que ver con el encarecimiento de las materias primas y de la energía, pero que se están trasladando al consumidor lo menos posible» (Ignacio García Magarzo, Asedas)

Pese a que las empresas del sector del gran consumo absorben la inflación y la subida de coste en origen todo lo que pueden, los precios finales acabarán evolucionando al alza en mayor o menor medida, tal y como ya avisó el presidente de la patronal Aecoc, Ignacio González. Lo cierto es que los precios tanto en origen como de cara al consumidor seguirán al alza en el mes de diciembre. «Nos vamos a enfrentar a una Navidad cara en el aspecto energético y la cesta de la compra subirá más que en los últimos meses», abunda Joseba Madariaga, profesor de Economía de Deusto Business School. Sin embargo, Madariaga cree que la inflación no supondrá un problema grave para Europa por tratarse de un problema coyuntural que empezará a moderarse a partir de la próxima primavera. «Es la energía la que está detrás de las elevadas tasas de inflación y hasta que pase el invierno, la partida energética va a tener mucha influencia en los precios. Pero la expectativa es que la inflación asociada a este elemento comience a bajar una vez pasado el invierno», aclara el profesor de Deusto Business School.

Ante este panorama, el pequeño comercio expresa su preocupación por el escenario inflacionista en el que transcurrirá la campaña de Navidad de este año. Los responsables de la Confederación Española de Comercio (CEC) subrayan que las jornadas navideñas suponen un momento crucial para el comercio en el que algunos subsectores concentran hasta el 60% de la facturación anual. El secretario general de la CEC, Julián Ruiz, señala que le inquieta el impacto en el precio final de los productos y la consiguiente «afectación en la capacidad de gasto de las familias». «Los márgenes y las rentabilidad también se verán afectados porque muchos comercios no tendrán capacidad para poder repercutir las subidas en el precio final», sentencia. En este sentido, Ruiz pronostica que los comercios que se verán más perjudicados por el encarecimiento en origen son los dedicados a la venta de alimentación y juguetes.

Los juguetes, de hecho, son una de las categorías más afectadas por la crisis en la cadena de suministros y por el colapso en el transporte marítimo, ya que gran parte de estos productos se fabrican en China. Carlos Pérez de la Peña, responsable de tres tiendas de la franquicia Juguettos en la provincia de Ciudad Real, relata que no han repercutido «mucho» la subida de los costes en origen a los precios. «Se nota un pequeño encarecimiento, el 50% de la subida se ha mantenido en el precio final, mientras que el otro 50% ha repuntado algo. Pero, hasta que no cerremos el año es complicado saber los datos exactos». Por otro lado, Pérez de la Peña garantiza el abastecimiento de juguetes en Navidad, aunque reconoce retrasos: «Los juguetes que normalmente recibimos en octubre, han llegado en noviembre este año. Algunos siguen entrando ahora o los tenemos en tránsito».

Adelanto de pedidos para evitar la escasez

El COO de la empresa especializada en soluciones y tecnología Tlantic, Marcelo Tupan, cree que no faltarán productos durante la Navidad pese al repunte del consumo: «Nuestros clientes han preparado sus ‘stocks’ desde principios de 2021 para prevenir posibles problemas de abastecimiento». Sin embargo, la anticipación a la hora de solicitar los pedidos no siempre es posible, sobre todo, en el caso de los negocios de menor dimensión. «Los pequeños comercios son los más susceptibles a sufrir con esa situación, ya que están expuestos a pérdidas mayores y no están preparados para atender a grandes demandas, algo primordial para reducir costes», añade Tupan.

Asimismo, Tupan descarta que hayan producido grandes subidas de los precios, al menos, de momento. «Con nuestros clientes del sector ‘retail’ no hemos observado ninguna gran alerta con relación a cambios de precios o aumentos considerables. Sin embargo, es una situación que puede cambiar por lo que debemos estar atentos a la situación de inflación. Los comercios, a su vez, deben estar al tanto y poner el foco en su estrategia y en la tecnología capaz de ayudarles con el abastecimiento correcto de sus tiendas», indica.

Source: Noticias

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