Enfrentarse a un despido sin caer en la depresión


¿Ha sido despedido y no sabe cómo reconducir su vida? A todo despido le sigue un proceso de duelo que hay que saber aceptar. Como todo en la vida, cuando se pierde algo, el proceso natural por el que se pasa es, primero la negación, seguido del enfado y, por último, la aceptación. Todo ello puede ir acompañado de un fuerte golpe en la valoración personal y la propia autoestima. Para evitar caer en un pozo sin fondo el duelo tiene que pasar rápido y que sea lo menos intenso posible. Después, evitar el resentimiento contra la empresa que le ha despedido y ver su nueva condición como una oportunidad y no una amenaza. «Todos somos conscientes de que estar en el puesto de trabajo no depende de uno mismo, responde a un entorno que no podemos cambiar, pero sí podemos cambiar nuestra forma de afrontar la vida», explica Nekane Rodríguez, «country manager» de Lee Hecht Harrison. «Las cosas no son lo que te pasa, sino cómo reaccionas», señala. Lo importante es fijarse un plan, una hoja de ruta, que la búsqueda de empleo se convierta en un trabajo pero que no ocupe todo el día, para dejar espacio a aquellas cosas que siempre hemos querido hacer y que no hemos podido. «Tras un despido el principal riesgo es autoculparse o sentirse víctima. A cambio, lo más saludable y sano psicológicamente es mantener una actitud constructiva, de aprendizaje de lo ocurrido, y poner el foco en el nuevo trabajo o estilo de vida a emprender. Normalmente, a un despido le siguen oportunidades que, al principio, uno no se imagina», explica Ovidio Peñalver, psicólogo y socio de Isavia. Pasado el momento de estrés postraumático, apunta Peñalver, la recuperación de la autoestima dependerá de tres factores: la personalidad y forma de ser de la persona, de las experiencias traumáticas que haya vivido en el pasado y cómo las ha superado así como de la consecución rápida y real de un nuevo trabajo (marcarse como objetivo conseguir un trabajo igual o similar en un determinado tiempo ayudará a mantenernos ocupados y no a dar vueltas a lo que ha ocurrido). Otra buena táctica para recuperar la autoestima es establecer una lista con los logros y éxitos que se han alcanzado a lo largo de la vida laboral, aconseja Fernando Trueba, socio director de Otto Walter, y después buscar de forma activa un trabajo como si fuéramos a la oficina. Vivir el despido como una situación normal ayuda a no venirse abajo. En esos momentos de duelo es imprescindible rodearse de gente positiva, capaz de ayudarnos.

Durante el proceso de la aceptación es importante preguntarse si estábamos en el sitio adecuado o si nos habíamos desvinculado de la empresa, lo que afectó a nuestro rendimiento y resultados. «La responsabilidad recae sobre el empleado, que debe buscar cómo formarse y cómo ofrecer más empleabilidad», explica Roberto Luna, catedrático de Dirección de Empresas de la Universidad de Valencia. Si después de todo, reconducir nuestra carrera supone una meta difícil de alcanzar, siempre podemos acudir a profesionales, ya sea un experto en la búsqueda de empleo o un psicoterapeuta para que la pérdida de autoestima no se transforme en una depresión.

Source: The PPP Economy

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