El tiempo de cambio en el que la educación se abrió a nuevos horizontes


IFEMA Madrid recibe del 2 al 6 de marzo la Semana de la Educación, el mayor evento educativo en España, a la que se incorpora el Salón Internacional del Estudiante y de la Oferta Educativa, AULA, que cumple su 30º aniversario. Tras el parón obligado por la pandemia se recupera el formato presencial de una cita que ayuda a los estudiantes en la elección de su futuro formativo y profesional. A lo largo de estos dos últimos años el mundo de la educación ha sido uno de los que más ha cambiado al igual que el mercado laboral. La digitalización de la enseñanza abre nuevos horizontes para los jóvenes que tienen por delante un mundo de nuevas posibilidades profesionales que todavía desconocemos.

«En los dos últimos años el entorno se ha digitalizado, las empresas, los clientes, la manera de relacionarnos y por supuesto la formación», afirma Joaquín Danvila, jefe del departamento de Desarrollo Digital del IEB. En esta escuela de negocios, por ejemplo, han incorporado contenidos como Analytics o Relaciones Internacionales en un mercado laboral cada día más mundializado y digitalizado. «Y nuevos programas online además de reforzar la modalidad presencial en remoto para aquellos alumnos que puntualmente o de manera recurrente no pueden asistir presencialmente a nuestras aulas físicas».

Nuevas necesidades

Como recuerda Danvila, no solo ha cambiado el modelo, también ha cambiado la necesidad por parte de los alumnos, «piden una formación más práctica, más adaptada a un entorno que ha cambiado, más facilitadora de oportunidades profesionales», añade. Por eso han incorporado a los profesionales en el diseño, elaboración e impartición de la formación. «Esto es algo tremendamente útil para el alumno y por tanto para las instituciones académicas que, al final, nos debemos a ellos», matiza.

La digitalización ha traído a los alumnos flexibilidad, la posibilidad de conectarse con un solo clic, en el momento en el que a cada alumno le resulte más apropiado, «haciendo uso de contenidos pregrabados y al mismo tiempo asistiendo a clases en remoto desde su lugar de trabajo, interactuando con profesionales y docentes desde su casa, desde su lugar de viaje o de vacaciones», indican desde IEB. Y lo más importante en todo este cambio es que los alumnos «han comprobado que la calidad de la formación digital se ha logrado poner al mismo nivel que la presencial».

La interacción personal vuelve a ganar terereno, pero dentro de un formato híbrido

Mariano Ventosa, vicerrector de Investigación y Profesorado de la Universidad Pontificia Comillas, habla de la formato bimodal en la educación como una de las grandes novedades en estos dos últimos años. «Hoy ya no hace falta explicar en qué consiste, pero hace dos años pocos sabían qué era o qué tecnología había que incorporar en las aulas». Este formato, en las distintas fases de la pandemia, ha permitido a los centros educativos mantener la interacción síncrona con los estudiantes de forma completamente remota; mixta, con parte de los alumnos en el aula y parte en casa; o presencial para la mayoría de los estudiantes y en remoto los pocos casos que no podían asistir por estar contagiados. «En el fondo, la forma no ha cambiado mucho aunque hemos usado mucho más la tecnología», resalta.

La tendencia general es la vuelta a los formatos prepandemia con fuerte interacción presencial entre los estudiantes y los profesores.

«Sobre esta tendencia se mantienen algunas de las ventajas del modelo híbrido,

pues seguimos retransmitiendo en ‘streaming’ las clases para los estudiantes que no pueden asistir, incluyendo la grabación cuando el profesor considera que es de interés para el aprendizaje de los estudiantes. Este formato bimodal también nos sigue permitiendo tener programas con participantes en otros continentes», explica Ventosa. Por otro lado, la pandemia ha dejado otros efectos secundarios positivos en cuanto a los modelos de formación. «Ahora todos somos más conscientes de que la tecnología nos ayuda en el proceso enseñanza-aprendizaje; profesores y estudiantes somos más competentes digitalmente; y también se ha acelerado la creación de nuevos programas que incorporan formas de aprender que requieren de una menor interacción con el profesor, que usan más la tecnología, o que están más gamificadas», añade este experto.

Nuevos horizontes

A la hora de decidir el trayecto formativo es imprescindible tener en cuenta el mercado laboral y estar abierto a nuevas oportunidades. «Siguen apareciendo nuevos sectores donde se complica encontrar profesionales para atender la demanda. Ya no solo hablamos de sectores tecnológicos, socio sanitarios, técnicos, etc, si no que encontramos déficit de candidatos para todas las nuevas economías de conductores o ‘riders’ y una alta dificultad en sectores que demandan posiciones más tradicionales vinculadas a oficios y especialidades concretas», indica Juan Francisco Rodríguez, director comercial de Adecco Staffing.

Hay áreas y/o posiciones con alta ocupación como son las tecnologías de la información, todo lo relacionado con el internet de las cosas, posiciones del campo de la medicina y laboratorios… «pero, en un orden opuesto, muchas de las ramas de formación profesional tienen actualmente una alta tasa de escasez de talento y, por tanto, unas tasas de ocupación muy altas», añade. En un momento donde la industria tiene una alta carga de incidencia en las ofertas de empleo, posiciones como electromecánicos, fresadores, torneros, carretilleros, y similares tienen ahora mismo ocupación segura a nivel nacional. «Por el contrario, no se percibe un aumento significativo de la formación de nuevos candidatos y las empresas buscamos medios autónomos que garanticen la salida de nuevos profesionales a estos sectores vitales en la activación económica y con garantías para nuestros clientes dentro de una formación reglada y homologada», puntualiza Rodríguez.

Las empresas han cobrado un papel activo en la formación de nuevos profesionales

Un ejemplo de cómo la formación está abriendo nuevas oportunidades laborales es la de certificación, normas y sistemas de gestión, un área en el que las empresas, cada vez más, quieren y necesitan contar con profesionales cualificados. Al Campus Aenor, especializado en esta materia, llegan personas con distintos perfiles, algunos sin experiencia previa y otros con una larga carrera profesional que necesitan seguir formándose para actualizarse y adaptarse a los cambios normativos, y así poder desempeñar funciones superiores a las que realiza. «En estos últimos años hemos notado un aumento también en el perfil de personas que buscan una nueva profesión y comenzar un camino nuevo dentro de las empresas, y la opción de convertirse en responsables de los distintos sistemas en los que les pueden formar, les anima mucho a realizarlo con nosotros», explica Esther González Ruz, técnico de Marketing de Campus Aenor.

Son diferentes las salidas laborales a esta formación. Por ejemplo, los alumnos del Máster en Sistemas Integrados pueden trabajar como Técnicos en Sistemas de Gestión, asumiendo responsabilidades para diseñar, implantar, auditor y realizar el seguimiento de un sistema de gestión integrado de calidad, medio ambiente y seguridad y salud en el trabajo. Tal y como resalta González, «más adelante, cuando hayan adquirido experiencia, podrán trabajar como auditor/a en cualquier empresa consultora o certificadora».

Reciclaje profesional

El reciclaje profesional es el nuevo paradigma y bien lo saben en Vatel, escuela de formación hotelera. «Existe una necesidad de actualización permanente entre los profesionales del sector y éstos muestran un gran interés en recibir formación continua. Ello debe convertirse en uno de los incentivos más atractivos por parte de las empresas, ofreciendo un servicio de mayor calidad, algo esencial para destacar frente a su competencia. Cada vez más compañías del sector nos demandan “formaciones in Company” para sus empleados», cuenta Susana Moreno, adjunta de Dirección Vatel Madrid. Han notado un mayor interés en los jóvenes por profesionalizarse en esta área ya que «para ellos la realización de prácticas de entrenamiento y el desarrollarse profesionalmente es una prioridad, ya que les puede ayudar a avanzar en sus carreras y poder avanzar a puestos de liderazgo, o incluso poder elegir cambios profesionales en otros departamentos y realizando otras funciones para tener experiencias reales nuevas».

La necesidad de no dejar de formarse

La necesidad de formarnos más y con más frecuencia es fruto de la digitalización, que se ha visto acelerada por la irrupción de la pandemia. «Hemos aprovechado este tiempo para volver a pensar qué deben aprender nuestros estudiantes y cómo deben aprenderlo», indica Mariano Ventosa, de la Universidad Pontificia Comillas. «Ahora se apuesta más por la formación y ha aumentado la demanda, la necesidad del aprendizaje continuo es una realidad que las empresas están empezando a imponer a sus equipos», añade también Juan Riva, presidente de la Asociación de Talento Tech de España (Asottech).

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