El susto y el disgusto


Tras el susto de la reñida aprobación el jueves en el Congreso del decreto de medidas contra los efectos de la guerra, el INE nos proporcionó ayer el disgusto de un dato trimestral de crecimiento alarmante: un 0,3% supone una decepción, por más que previsible, que nos sitúa al borde de iniciar un temido proceso de recesión. El culpable apareció enseguida en forma de una demanda interna muy alicaída, como consecuencia evidente de la erosión que provoca en las rentas una inflación tan desbocada como la actual. Si usted mantiene sus ingresos y todos los precios le suben casi un 10%, quiere decir que dispone de menos dinero para comprar. Además, ya sabe que la inflación es el impuesto más… Ver Más

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