El sector odontológico se lanza a hincar el diente a la innovación


La llegada del Covid supuso un duro golpe para las clínicas dentales y el sector odontológico. Pero la pandemia también ha dado una marcha extra los procesos de digitalización e innovación. Mejorar el tratamiento, para que resulte más efectivo, indoloro y personalizado, es una de las tendencias que ya pocos negocios pueden permitirse dejar fuera de sus planes. Y es que, aunque hace unos años la penetración de tecnología en una clínica dental estaba ‘muy por debajo’ de la media europea, ahora ha experimentado un importante desarrollo centrado sobre todo en tres grandes áreas: cámaras intraorales, escáner de imagen 3D e impresoras 3D, explica el presidente del sector Dental de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), Juan M. Molina. Un nuevo impulso que ha hecho que el sector nacional ya esté cerca de la media europea en lo que a uso de tecnología se refiere.

De tal forma que en las clínicas dentales ya se está trabajando con lo que se conoce en el sector como protocolos o flujos digitales. No son otra cosa, explica el vicepresidente de la Sociedad Española de Prótesis Estomatológica y Estética (Sepes), Guillermo Pradíes, que maneras de trabajar donde desde el principio del tratamiento hasta el final se combinan diferentes tecnologías, establecidas en tres etapas. La primera, conocida como digitalización, consiste en tomar datos del paciente con los que posteriormente se trabajará. Gracias a un escáner intraoral, se consigue un modelo digital de su boca.

Una vez obtenida esta primera muestra, la siguiente parte, explica Pradíes, consistiría en el diseño asistido por ordenador, donde lo que se hace es construir, a partir de los datos digitales, un ‘paciente virtual’, con el que se puede analizar la sonrisa, el tamaño de los dientes así como asociar todos los datos radiológicos que se han conseguido. «Esto nos va a permitir desde diseñar el mejor sitio para colocar un implante así como realizar una simulación de cómo le quedaría un tratamiento de ortodoncia», afirma el también doctor en Odontología de la Universidad Complutense de Madrid.

La tercera parte del proceso es la fabricación asistida con ordenador. Si el paciente necesita una férula, por ejemplo, esta se puede fabricar en base a los datos digitales obtenidos en el paso de digitalización. Así, se pueden crear a través de una tecnología de sustracción o mediante tecnologías de edición, relacionada con la impresión 3D. «Todo lo que permiten estos procesos de digitalización es hacer un producto final que esté perfectamente adaptado a las características del paciente», continúa Pradíes.

También en 3D

Y es que a juicio de Pablo García, responsable nacional e internacional de ventas de Orthoapnea, la personalización en la medicina debe ser una obligación. «Tienen que estar adaptados al paciente, cada boca es distinta y eso hay que estudiarlo», afirman desde la compañía. Su producto, Noa OrthoApnea, es un dispositivo adaptado a la biomecánica de la mandíbula del paciente, fabricado con materiales biocompatibles y fabricado con impresoras 3D. De esta forma, explica García, se permitirá a las clínicas dentales personalizar sus dispositivos para tratar la apnea del sueño y los ronquidos.

El objetivo de la tecnología en la salud dental no es otro que conseguir una mayor eficacia y seguridad en los tratamientos. «Con el escáner intraoral que te permite digitalizar la boca del paciente sin usar siliconas y productos invasivos para el paciente, el diseño de prótesis 3D a través de software digital y la fabricación de prótesis personalizas con tecnologías de fabricación 4.0, conseguimos productos totalmente ad-hoc para la necesidad de cada paciente, reduciendo considerablemente visitas a clínica y mejoramos la experiencia del paciente con tratamientos menos invasivos y por lo tanto menos dolorosos», explica Manuel Villagordo, director de Innovación y Desarrollo de Grupo Phibo, una compañía que lleva desde hace más de tres décadas impulsando la transformación digital de la industria de la salud dental proponiendo herramientas y productos a las empresas que «quieren ofrecer a sus pacientes tratamientos más predecibles y seguros y a su vez mejorar la rentabilidad de sus clínicas».

No hay dolor

Ahora, el hecho de que una clínica cuente con las últimas tecnologías se está convirtiendo en un reclamo más fuerte para captar clientes. En palabras de Juan M. Molina, antiguamente la clínica a la que se iba era a aquella a la que asistían los familiares. Pero ahora, el hecho de que una determinada clínica disponga de una tecnología avanzada se convierte en un factor decisiva para atraer y tranquilizar al usuario.

«Si la clínica es tecnológica sabes que la manera con la que te van a hacer el tratamiento va a ser más eficaz, más eficiente y con menos dolor», agrega el presidente del sector Dental de Fenin. Un impulso innovador que mitiga en buena medida ese miedo al dolor que siempre se ha señalado como una de las principales razones para para no acudir a consulta. Un error que conviene arrancar de raíz, porque «una boca sana puede ayudar a quitar otros problemas de salud general».

Aliento para las pymes

La transformación digital de las clínicas dentales es una realidad cada vez más extendida, pero todavía queda mucho camino por recorrer, sobre todo para que esta digitalización consiga llegar a las consultas más pequeñas. Muchas de estas clinicas de menor tamaño consideran, según M. Molina, presidente del sector Dental de Fenin, que invertir en tecnología puede ser un coste que en cuatro años esté obsoleto, por lo que defiende que hay que intentar ofrecer a los odontólogos soluciones de financiación a medida que les permitan ver esta apuesta por la tecnología como un coste sino como una inversión que le va a ayudar a generar mejor experiencia del paciente y una mayor visibilidad de la clínica. Apuesta por un sistema similar al renting de coches para que las clínicas siempre puedan tener la mejor tecnología en todo momento.

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