El sector del renting, ante el reto de renovar su flota de vehículos


1985. España estaba en plena modernización. Diez años después de la muerte de Franco este país ya había elegido a un gobierno socialista, demostrando las ganas de la gente de subirse al tren del crecimiento europeo. Y para ello, había que aceptar ciertos modelos de negocio que consolidasen el estado del bienestar. Uno fue el renting de vehículos, que surge justo a mitad de los 80 para dar a los españoles la oportunidad de acceder a un automóvil sin necesidad de comprarlo. A las empresas con grandes flotas, sobre todo, esto le vino muy bien. De repente podían alquilar con flexibilidad el número de transportes exacto que les demandaban las idas y venidas del mercado, lejos de las restricciones que se encontraban las compañías años antes. Es decir, que herramientas como el renting hicieron que España regresase al futuro después de anclarse en un pasado que duró demasiado.

El sector lo han sostenido, tradicionalmente, las grandes empresas que, mediante el alquiler de vehículos, puede adaptar su flota a las necesidades que tenga en cada momento su negocio. No obstante, otros actores se han incorporado a este industria que atraviesa un «tiempo dulce», asegura Agustín García, presidente de la Asociación Española de Renting. Junto a él fueron invitados por LA RAZÓN a debatir sobre el sector Damian Tokmayier, «LCV & Fleet Manager» de Hyundai; Francisco Miguel Miguel Jurado, director B2B y VO de Citroën y DS, y Manuel Álvarez de Toledo, «manager» de flotas y renting de Fiat. García afirmó que, en los últimos años, en España el renting ha «aumentado entre un 11% y un 12% su flota, y un 20% las matriculaciones».

Esto se debe, añade, a que «se ha ensanchado la base de clientes potenciales por la demanda de las pymes y los particulares». Para demostrarlo, aportó datos. «Hace cuatro años los últimos representaban un marginal 2% del sector, y este año terminarán por encima del 5%». Por otro lado, «las pequeñas y medianas empresas en 2013 sólo sumaban un 25% del negocio del renting, en 2017 superarán el 36%, y de aquí a cinco años, representarán una mayor porción que las grandes compañías». Así, el mayor uso del renting por parte de las pymes y los particulares ha llevado a que el sector pasase de acumular 53.568 clientes en junio de 2015 a 93.615 en septiembre del presente año, manifiesta García.

En poco más de dos años el renting casi ha duplicado sus consumidores, aunque «aún queda mucho mercado por conquistar», dice Tokmayier. En ese sentido, uno de los retos del sector son los autónomos, aquellos que sólo tienen uno o dos vehículos de trabajo y, además, es su coche para la vida personal. Álvarez de Toledo anima a los trabajadores por cuenta propia a interesarse por el renting por las ventajas que le conlleva. «Sabes de qué renta dispones para pagar una cuota mensual a una operadora, que son transparentes y limpias, y ellas se encargan de cualquier trámite burocrático relacionado con el transporte», comenta. A pesar de que la fórmula parece ideal para los autónomos, los ponentes admiten que quizá el sector no se ha acercado a ellos lo suficiente para darse a conocer. Pero para Miguel Jurado la clave para que los trabajadores por cuenta propia demanden más el renting es que, al contratarlo, disfruten de «un tratamiento fiscal bonificado».

Source: The PPP Economy