
El polígono deja de ser industrial
«Me contaron que en los países europeos existían polígonos que daban cobijo a grandes fábricas. Las ciudades quedaban limpias de polución. En los años 60, no existía en España ni estaba previsto ninguna actuación de este tipo. El suelo era rústico o urbano». Así lo recuerda en el libro conmemorativo «Asima, la historia de un sueño (1964-2014)» Damiá Barceló, uno de los fundadores de los polígonos industriales de Palma de Mallorca Can Valero y Son Castelló, la primera vez que escuchó hablar de estos espacios para empresas. Tanto le impactó la conversación que, poco tiempo después, Barceló junto con otros empresarios, dinámicos e innovadores como él, se encontraban comprando terrenos en las fincas rústicas que, posteriormente, darían nombre a los polígonos industriales de la capital balear, los primeros que se crearon en España. De aquello hace ya casi 53 años, más de medio siglo en el que estos espacios, de la manos de la Asociación de Industriales de Mallorca (Asima), han contribuido al crecimiento y la modernización de las empresas locales.
Damián Sbert ha sido testigo de primera mano de los cambios que se han producido en Can Valero y Son Castelló. Y es que ahora está al frente de la ferretería industrial que fundó su padre. «Los polígonos han cambiado mucho. Cuando nosotros nos instalamos, predominaban las industrias similares a la nuestra. Hoy, convivimos con compañías que prestan todo tipo de servicios no sólo a los trabajadores de la zona, sino también al público en general».
Source: The PPP Economy