El nuevo unicornio español ya se pasea por Wall Street


Hay un chiste en la industria automovilística que dice que los coches eléctricos son como ‘crêpes’: el primero sale mal, el segundo está mejor y el tercero es el bueno. Es difícil saber en qué ‘crêpe’ está ahora el sector del coche eléctrico, pero debe ser al menos entre el segundo y el tercero.

Después de años como la gran promesa de la industria, los eléctricos han explotado. Hace tres años, en Europa se vendieron algo menos de 200.000 vehículos de este tipo; este año se espera que estén cerca de 1,2 millones.

En EE.UU., los mercados tienen confianza ciega en Tesla,

su gran productor de vehículos eléctricos, mientras que el presidente, Joe Biden, acaba de ponerse como objetivo que la mitad de los coches que se vendan en el país en 2030 sean eléctricos.

Mmás de 1.260 millones de euros fue la valoración de Wallbox en su llegada al parqué neoyorquino

Todo el sector –desde los fabricantes tradicionales a decenas de nuevas compañías especializadas– va a la carrera para llevarse un pedazo de un sector que ya nadie duda de que se multiplicará en la próxima década. Y una compañía española busca protagonizar parte de esa explosión.

Reparto del pastel

«Estamos preparados para un crecimiento exponencial del coche eléctrico», asegura a este periódico Enric Asunción, cofundador y consejero delegado de Wallbox, desde la bolsa de Nueva York. La empresa, dedicada a sistemas de carga de vehículos eléctricos, quiere comerse un trozo grande de ese pastel.

Wallbox es ya un líder mundial en sistemas de carga doméstica, con presencia en más de ochenta países, factorías en España y China –y una más que abrirá en Texas el año que viene–, 600.000 cargadores vendidos y más de 700 empleados.

Las acciones comenzaron a cotizar a 9,49 dólares y se dispararon un 7% en la primera sesión

La visita de Asunción y el resto del equipo de Wallbox a la Bolsa de Nueva York, el gran mercado de valores mundial, tiene que ver con ese objetivo de aprovechar la eclosión del sector del vehículo eléctrico. Esta semana se ha producido el debut en el parqué neoyorquino de Wallbox, al que ha llegado a través de una SPAC –el vehículo de inversión de moda en EE.UU.– por la que ha combinado su negocio con la inversora Kensington Capital Acquisition. La compañía aprovechó toda la parafernalia de la salida a Bolsa para saludar al mercado de valores: toque de la campana en el cierre de la sesión, gran pancarta en la fachada neoclásica de la bolsa y demostración de sus productos en pleno Wall Street, entre curiosos y oficinistas.

La transacción supondrá unos ingresos netos de unos 252 millones de dólares para que Wallbox complete su plan de negocio y aproveche el camino abierto que hay en el sector de las recargas de batería. «Solo tenemos hecho hasta hoy el 3% del mercado, tenemos un crecimiento enorme por delante», dice Asunción, que asegura que Wallbox aprovechará que el 80% de los usuarios cargan sus coches en casa, un sistema donde su compañía es «líder mundial».

Tecnología diferencial

Según Jordi Lainz, director financiero de Wallbox, «el volumen del pastel que supondrá EE.UU. en el sector es difícil de predecir», pero el objetivo de la compañía es controlar el 10% de los sistemas de carga doméstica en el país para 2025.

«Para mantener una posición de liderazgo tenemos que tener una tecnología que sea diferencial», reconoce Eduard Castañeda, cofundador y jefe de producto de Wallbox, que busca avanzar no solo en el sector doméstico, sino en cargadores públicos. Su nueva fábrica en Texas se centrará en ese tipo de producto.

Asunción asegura que no teme que grandes tecnológicas –Amazon, Apple o Google– penetren en este sector y desbanquen a compañías como Wallbox. «Tenemos muchas patentes sobre productos muy pequeños y muy baratos», dice sobre su posición tecnológica. Además, la ventana para la entrada de actores en el sector «se está cerrando: los ganadores de 2025 se están decidiendo hoy».

Uno de los desafíos clave para la industria hoy –los problemas en la cadena de suministro, en especial, en semiconductores– que se ha convertido en una oportunidad estratégica para Wallbox. «Una superoportunidad», lo llega a definir Asunción, que asegura que la compañía es una de las pocas del sector que controla la cadena de suministro, con sus propias fábricas. «Somos el único actor que tiene el cien por cien de la producción integrada verticalmente», dice Asunción. «Estamos siendo capaces de fabricar cuatro veces más, sin que nuestros clientes lo noten. Obviamente, hay tensiones con cada proveedor, pero al controlar todo el proceso, por ejemplo, puedes cambiar los diseños de la electrónica para buscar componente alternativos de forma más rápida. Es algo que nos permite aumentar la cuota de mercado más rápido. Durará poco menos de un año, pero nos da una oportunidad».

Source: Noticias

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