El INE incorpora las mascarillas la prensa online para calcular el IPC y deja fuera al DVD y a los CD
Con el fin de adaptar los precios a los hábitos de consumo de los hogares el INE ha introducido cambios para calcular el IPC. Dichos cambios se efectúan cada cinco año. Así, desde este año el INE utilizará la ‘base 2021’. Dos de las operaciones más relevantes que se realizan son la revisión de la cesta de la compra, y la actualización de la estructura de ponderaciones.
Según informó Estadística este lunes en un comunicado, el IPC base 2021 incorpora nuevos tratamientos para el seguimiento de los precios del vestido y para el procesamiento de la falta de precio, lo que aumentará la precisión del indicador.
El nuevo IPC actualiza la relación de subclases (agregaciones de bienes y servicios al máximo nivel de detalle) de la clasificación europea de consumo, denominada Ecoicop (European Classification of Individual Consumption by Purpose), que se difunde habitualmente. Fruto de esta actualización, basada en la importancia relativa del gasto de los hogares, desaparecen del cálculo del IPC 24 subclases, y se incorporan dos nuevas.
Así, el número de subclases que era de 221 en la base 2016 pasa a ser de 199 en la nueva base. La selección de los productos representativos del consumo de los hogares que componen la cesta de la compra del IPC se realiza en función de la importancia del gasto que se hace en cada uno de ellos. La composición de la cesta se revisa periódicamente, y se actualiza para incluir nuevos productos cuyo consumo comienza a ser significativo, y excluir aquellos cuyo consumo deja de ser significativo.
Los cambios más destacables en la configuración de la cesta de la base 2021 son la incorporación de las mascarillas higiénicas y la suscripción a prensa digital. Por su parte, algunos ejemplos de artículos que desaparecen de la cesta son el reproductor de imagen, el reproductor portátil o el compact disc y el DVD, entre otros.
Como consecuencia de estos ajustes, la cesta de la compra del IPC base 2021 pasa a tener 955 artículos (de los cuales 462 son de recogida tradicional y el resto se recogen mediante scanner data), frente a los 977 de la base anterior (con 480 de recogida tradicional).
La adaptación del IPC a los cambios en el comportamiento de los consumidores incluye también la revisión permanente de su estructura de ponderaciones. Cada año se actualiza el peso o importancia de los grandes agregados que componen este indicador, lo que mantiene la actualidad del mismo. Además, cada cinco años se actualiza la estructura completa para todos los niveles de desagregación.
En esta ocasión, y como ya ocurrió el pasado año, con el fin de adaptar el IPC a los cambios en el comportamiento de los hogares influidos por la situación atípica vivida en los dos últimos años, derivada del Covid, se ha actualizado la estructura de ponderaciones mediante el proceso habitual, utilizando la información de la Encuesta de Presupuestos Familiares y de la Contabilidad Nacional del año 2020, y además se ha actuado de forma específica en aquellas categorías de consumo más afectadas por el efecto covid, para las cuales se ha introducido la información más reciente disponible de fuentes alternativas.
Este proceso de actualización de las ponderaciones sigue las recomendaciones de la oficina estadística europea (Eurostat) y permite obtener una nueva estructura adaptada a los cambios en los hábitos de consumo de los hogares en el año posterior al de las restricciones provocadas por la pandemia.
Fruto de este proceso de actualización, en 2022 las ponderaciones del IPC recogen las nuevas pautas de consumo de los hogares y de esta forma, el IPC refleja los cambios en los hábitos de los consumidores ocurridos en el último año. Con respecto a la anterior base, en la nueva ganan peso los grupos de Hoteles, cafés y restaurantes, Medicina, Vivienda y Transporte. Por contra, los ochos restantes pierden peso.
Precios de la electricidad
Uno de los aspectos técnicos incluidos en el proyecto del cambio de base del IPC es la revisión de la metodología de los artículos centralizados (aquellos cuyos precios son iguales en todo el país, y que necesita métodos específicos de cálculo que recojan todas las variedades de cada servicio y tipologías de consumo). Uno de estos artículos es la electricidad, cuya revisión consiste en la ampliación de la cobertura mediante la incorporación del mercado liberalizado en el cálculo del IPC.
Este cambio, sin embargo, ha tenido que ser aplazado hasta obtener la información que han de suministrar las compañías eléctricas con un suficiente nivel de detalle y con los criterios técnicos necesarios que permitan aplicar una metodología consistente con los requerimientos exigidos en el cálculo del IPC y, en consecuencia, poder explicar debidamente la evolución futura del indicador.
El INE explica que «la situación errática del mercado en este momento no favorece la introducción de ningún cambio metodológico, que podría desvirtuar el análisis de la evolución de los precios a lo largo del año 2022 y siguientes».
El instituto estadístico señala que cualquier cambio metodológico que se introduce en el IPC puede producir un sesgo en la medición de las tasas anuales a lo largo del primer año de su incorporación. Por tanto, el objetivo es incorporar los cambios metodológicos de forma que afecten en la menor medida posible a los resultados del IPC.
En el caso de la inclusión del mercado libre, la magnitud del sesgo depende de la estabilidad en la evolución de los precios en el año previo y en el año de la introducción de la nueva fuente. Cuanto mayor sean las oscilaciones de los precios, más importancia tendrá el sesgo en la medición. Este requisito no se ha producido a lo largo del año 2021.
También depende de la disponibilidad de información precisa sobre el consumo de los hogares y la medición de la evolución de precios. La información disponible en la actualidad no se corresponde exactamente con la metodología que debe seguir el cálculo del IPC, por lo que es necesario continuar con los trabajos destinados a hacer esta información compatible. En este sentido, es especialmente importante que la información suministrada se refiera al mes en el que el hogar disfruta del servicio (mes del cual se quiere medir el IPC), para así cumplir con la normativa de la Unión Europea.
«Por todo ello, es preciso mantener en los proximos meses la actual colaboración del INE con las empresas eléctricas (a las que hay que agradecer el esfuerzo que vienen realizando), con el fin de llegar a un sistema de obtención de información que se adapte a los requerimientos del IPC», añade el comunicado del INE.