«El gran consumo reivindica su papel esencial también en la recuperación»


Del 20 al 21 de octubre, 800 directivos de empresas fabricantes y distribuidoras participarán en el 36º Congreso AECOC de gran consumo. El presidente de esta asociación reivindica el liderazgo del sector en la recuperación y reclama que se le escuche.

—¿Su sector es tan básico para la reactivación económica y social como lo fue durante el confinamiento?

–Nos reivindicamos como motor de la recuperación porque tenemos todos los mimbres: en AECOC están asociadas 30.000 empresas que generamos más del 20% del PIB y empleamos a más 4 millones personas, además de llenar la España vaciada, entre otras cosas positivas. No se me ocurre otro sector que sea más central para la recuperación. Necesitamos que el clima económico y las medidas que se tomen no frenen el desarrollo y podamos generar más empleo.

«El aumento de precios de la energía, materias primas y transporte, junto a la presión fiscal, es una tormenta perfecta para un sector con márgenes estrechos»

—?Qué significa el triple “estar” del lema del primer congreso que usted va a presidir?

–Me encanta el eslogan, porque son tres infinitivos que esconden tres escenarios temporales: antes, durante y después. El primero tiene que ver con el reconocimiento de las administraciones y de los consumidores hacia el sector durante la pandemia. Pero antes ya sabíamos que nuestras industrias, marcas y tiendas eran y somos esenciales porque tenemos una larga historia de cercanía al consumidor. Y en el futuro vamos a mantener nuestro compromiso y fiabilidad para contribuir a sacar el país de la crisis.

—¿Qué cambios del consumidor se van a mantener tras la pandemia?

–La digitalización, la preocupación por la salud y la seguridad personal y la sostenibilidad son tres ideas que ya estaban germinando y que la pandemia ha acelerado. No está totalmente definido qué parte del consumo se quedará dentro y fuera del hogar y qué pasará con el fenómeno “delivery”, ni cuánta cuota prestada tendrá que “devolver” la alimentación doméstica.

—Ha aprobado el gran consumo las asignaturas pendientes de la digitalización, omnicanalidad y sostenibilidad?

–Hemos hecho un enorme esfuerzo para adaptarnos, pero esto es una evaluación continua con mucho recorrido. El ‘e-commerce’ ha crecido en 12 meses lo que preveíamos en 5 años y requiere un proceso de adaptación. En 2025 el e-commerce doblará y será el 5% de la cuota de mercado de gran consumo. Necesitamos estrategias de servicio al cliente para mejorar la experiencia de compra. También en sostenibilidad estamos empezando el camino.

—En máximos de ahorro de las familias, ¿cuánto más se va a acelerar el consumo?

–El ahorro embalsado se ha generado por precaución y porque ha habido imposibilidad física de gastar. No es fácil hacer predicciones. Depende de la evolución de la crisis sanitaria. La crisis finaliza en la medida que el consumidor piensa que ha acabado y ve luz en el horizonte.

—¿Ayudarán la subida fiscal y la progresión al alza del SMI?

—Hay que poner el foco en aumentar la productividad española, que es más baja y además ha evolucionado más lentamente que en los países del entorno. Incrementar la presión en un escenario de baja productividad merma la competitividad cuando lo que necesita el país es que se facilite la recuperación. Fiscalidad e incremento de costes laborales, junto a los aumentos de precios de energía, materias primas, transporte, etcétera, supone una tormenta perfecta para un sector que trabaja con márgenes muy estrechos. Es un momento retador porque son muchas vallas en el camino de la recuperación.

«La crisis finaliza en la medida que el consumidor piensa que ha acabado y ve luz en el horizonte»

—¿Qué proyectos ha presentado el sector de gran consumo a los fondos Next Generation?

–Hemos presentado muchos transversales relacionados con la transformación digital y el impulso de una cadena de valor más sostenible y transparente. Por ejemplo, en materia de logística sostenible y conectada, tenemos el programa Lean & Green para avanzar en la descarbonización de los procesos del sector. Otro ejemplo auspiciado por AECOC es la transformación digital contra el desperdicio alimentario mediante una plataforma “b2b” para gestionar los excedentes.

—¿Los ayuntamientos deberían quitar el IBI a comercios y a hostelería con los 15.000 millones que les corresponden de los fondos europeos?

–Son sectores que siguen sufriendo porque no estamos aún en la situación de 2019 y las ayudas directas han sido muy escasas. Un dato revelador es que el 35% de las insolvencias durante los 9 primeros meses del año son de hostelería y comercio. Por ello serán bienvenidas todas las iniciativas que vayan en la línea de aliviar las cargas impositivas.

—En las relaciones de su sector con las instituciones, ¿qué predomina, la colaboración o la desconfianza?

—En el ADN de AECOC está la colaboración; es nuestra esencia como asociación y como industria que trabaja en cadena. Queremos claramente una colaboración constructiva que ahora es más importante que nunca. Tenemos el interés común de que el país salga adelante, pero necesitamos que se nos escuche. Vuelvo a reivindicar nuestro papel esencial porque llevamos mucho tiempo haciendo las cosas bien y es mucho lo que podemos aportar.

—Las materias primas, el transporte y la energía están en máximos. Si además sube el cartón y plástico (packaging), los cereales, aceite, carne, aluminio… ¿será inevitable la subida de precios en cadena que se traslade al consumidor?

–Por eso hay que poner el foco en aumentar la productividad y la competitividad para evitar esa traslación al consumidor. Pero será muy difícil evitarlo si no trabajamos juntos. El escenario es muy complejo y ya septiembre se ha cerrado con una notable inflación.

—¿La inflación será pasajera o seguirá creciendo?

—La realidad es que la cifra del 4% en septiembre ha despertado todas las alarmas y los organismos internacionales no ocultan el temor de que este repunte que parece coyuntural, dado el aumento de los costes de los fletes o las materias primas, pudiera alargarse y afectase al sistema si se produce una traslación a los salarios, las pensiones… El FMI ya ha corregido a la baja las perspectivas de crecimiento para España. Sin duda, la inflación podrá retrasar la recuperación.

Trabajar juntos para aumentar la competitividad

—Pese al crecimiento, el escenario no se antoja positivo por la baja productividad, el aumento de la deuda, el déficit de las pensiones…

–Probablemente debemos acostumbrarnos a vivir en la incertidumbre. Insisto en la necesidad de aumentar la productividad porque es imprescindible para la competitividad. Ése es el principal problema de la economía española y afecta a todos los ámbitos. Si no trabajamos juntos en aprobar esa asignatura va a ser muy difícil la recuperación, por la estrechez de márgenes de nuestro sector, que difícilmente podrá soportar los costes extra sin que acabe repercutiendo en el consumidor.

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