El Gobierno valora un sistema de peajes en las autovías que varíe en función de la comunidad
El Gobierno sigue dando pasos hacia la implantación de peajes en autovías. Aunque todavía está en una fase inicial, el Ejecutivo está trabajando ya en la propuesta de tasas que presentará a los partidos de la oposición y las empresas. Un plan que, en principio, será distinto en función del territorio.
En el Ministerio de Transportes entienden que no es lo mismo una autovía de entrada a un gran núcleo urbano que una carretera del interior de España. «La intención es acabar con los desequilibrios territoriales que existen actualmente, y para ello el modelo en muchos casos no puede ser el mismo», explican fuentes del departamento dirigido por Raquel Sánchez.
Eso sí, el Gobierno insiste en que el plan para implantar peajes está todavía «en una fase muy inicial» y no hay nada definido todavía. Tampoco en este caso. «Se están estudiando distintos sistemas, como por ejemplo implantar una serie de bonificaciones. Pero todavía no hay nada definido y el plan está en una fase muy inicial», explican esta fuentes.
La propia ministra del ramo, Raquel Sánchez, explicaba la situación en una entrevista publicada esta fin de semana en ‘La Opinión de Zamora’. Sánchez aseguraba que el Gobierno tenía que ver las «singularidades» de cada territorio a la hora de definir su propuesta de peajes en las autovías, que todavía se encontraba en una fase muy incipiente.
La implantación de los peajes se ha convertido en un quebradero de cabeza para el Ejecutivo. El Gobierno, que se comprometió con Bruselas a tener las tasas listas en 2024, se ha encontrado con el rechazo frontal de la oposición y los transportistas a la hora de negociar el ‘pago por uso’.
La tensión con las empresas de transporte llegó a tal punto que el Ejecutivo tuvo que prometerles que no implantaría ningún peaje sin su consentimiento para evitar una macrohuelga a las puertas de la Navidad. Un compromiso que, en la práctica, deja poco margen de actuación a Transportes, puesto que los transportistas insisten en que rechazarán cualquier tipo de tasa que les suponga un coste añadido.