El Gobierno quiere un «ladrillo» más fuerte
Hace una década era difícil asomarse a una ventana y que las vistas no las rompiese una grúa, tampoco se podía evitar cruzar andamios cada día ni escuchar a menudo el ruido repetitivo de las picadoras y las palas. Hace no tanto España sonaba a construcción, hasta que el sector se paralizó. Ahora, el Gobierno quiere despertar de nuevo el sector, aprovechando el tirón de la economía y, sobre todo, amparado en los datos que registra el mercado.
La vivienda es uno de los bienes más caros a los que aspira la media de los ciudadanos, si no el que más. La pérdida de poder adquisitivo durante la crisis, por ello, provocó que en 2013 se alcanzasen mínimos en el número de transacciones. El sector inmobiliario caía en picado y, éste arrastró la construcción, que pasó a ser una actividad casi innecesaria. Pero ha vuelto a aparecer la luz al final del túnel y, en 2017, casi se duplicaron las compraventas respecto a cuatro años antes.
La gente ha recuperado sus posibilidades económicas y accede otra vez a una vivienda. Además, la quiere nueva. El número de casas sin estrenar en España se situó en 491.693 unidades en 2016, según los últimos datos del Ministerio de Fomento, que supone la primera vez que el stock baja de la barrera de las 500.000 desde 2007. Que la vivienda nueva se venda es la mejor noticia para la construcción, ya que se demanda una reposición de estas edificaciones, y también para el Gobierno, porque recauda más a través del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).
Source: The PPP Economy