El Gobierno niega que vaya a hacer nuevos recortes


El Gobierno explicó ayer que las medidas que prevé para cumplir con el objetivo de déficit fijado por Bruselas para este año y el siguiente son las que ya anunció el Ejecutivo y se han puesto en marcha, por lo que no serán necesarios recortes adicionales, al menos este año. Desde el Ejecutivo se recalca que la carta que Rajoy envió al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y de la que ayer informó «El País», es la que el Gobierno español mandó a Bruselas, antes de que decidiera dar un año más a España para que el déficit baje del 3% y aplazara hasta el próximo julio su decisión respecto a si multa o no al país por el incumplimiento del objetivo, informa Efe. En este sentido, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que las medidas que le quedan «por hacer» al Ejecutivo son para «fortalecer el crecimiento» y para crear empleo. De hecho, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguró que el Gobierno no ha planteado a Juncker recortes en la segunda mitad del año.

En cualquier caso, desde Bruselas se sigue presionando para que se cumpla el déficit, no sólo España, sino todos los países. «Se le ha dado por muerto varias veces, pero tiene varias vidas: como los gatos», aseguraba la semana pasada un alto diplomático sobre el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. En los pasillos comunitarios aún colea el golpe de efecto de la semana pasada pergeñado por Juncker, que consiguió posponer la toma de decisiones sobre una posible multa a España y Portugal hasta el mes de julio. La UE alegó para este retraso la incertidumbre del momento político vivido en España a las puertas de los comicios del 26 de junio. Un balón de oxígeno innegable a uno de los países, junto con Irlanda y Grecia, que ha hecho más esfuerzos en los últimos cuatro años en la reducción del déficit.

Pero no conviene lanzar las campanas al vuelo. La Comisión Europea sigue dispuesta a que se cumpla la sagrada norma de un déficit público por debajo del 3% del déficit público para todos los países de la zona euro. En aras de estas múltiples vidas del Pacto, Bruselas también exigió la semana pasada una nueva senda de saneamiento de las finanzas públicas españolas para el Gobierno que salga de las urnas que, a cambio de una prórroga de un año, exige un ajuste de 8.000 millones de euros en año y medio. «Salga el Gobierno que salga, no hay margen para relajarse», dijo ayer el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. No obstante, Madrid no es la única capital que se ve presionada por las exigencias de Bruselas.

Este pasado viernes , el vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermasn, tras un viaje a Lisboa pidió al Gobierno luso la puesta en marcha de más medidas para cumplir con los objetivos marcados. «Usamos números diferentes en las previsiones. Puedo entender las conclusiones del Gobierno a partir de sus previsiones, pero nuestros números son diferentes, menos optimistas» explicó el político holandés a la vez que pedía «medidas adicionales».

Italia también es un buen ejemplo de la relativa discrecionalidad con la que opera la UE. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento, tras su reforma en 2011, también sanciona a aquellos países con una deuda pública por encima del 60% del PIB y que no hagan los suficientes esfuerzos para ponerle coto. La deuda italiana es la segunda más abultada de la zona euro, tras la griega. Aunque Bruselas volverá a vigilar al país en noviembre, de momento le ha concedido la «máxima flexibilidad» en la disminución del déficit. Este margen es de unos 14.000 millones de euros.

La victoria del Ejecutivo de Matteo Renzi también tiene letra pequeña. La Unión Europea exige que el déficit se sitúe por debajo del 1,8% el año que viene. Francia también consiguió sortear la multa el año pasado y logró una prórroga de dos años en los objetivos de déficit tras prometer más reformas en la economía.

Source: The PPP Economy

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