El desarrollo de África se dinamiza al ritmo de las efervescentes startups


El movimiento emprendedor en África es cada vez más fuerte. El gigantesco continente, donde se encuentran muchos de los países con mayores índices de pobreza y desigualdad, se está convirtiendo en terreno fértil para compañías tecnológicas que ayudan a solventar los principales problemas que afectan a los africanos. Y, de entre todos ellos, Viola Llewellyn vio como la tecnología financiera (fintech) podía apoyar a que las pymes accedan a un capital que los bancos tradicionales les deniegan.

«Muchos emprendedores no poseen activos que sirvan como garantía para un préstamo. Nuestras soluciones ayudan a que estas pymes accedan a fuentes de financiamiento», dice Llewellyn, presidenta de Ovamba Solutions, una compañía que cofundó en 2013 y que ha procesado más de 100 millones de dólares en transacciones. Con sus soluciones tecnológicas, Ovamba trabaja con instituciones financieras para que las empresas en el sector informal soliciten entre 25.000 y 500.000 euros a través de una aplicación móvil. Tiene presencia en Camerún, Nigeria y Costa de Marfil, entre otros países.

Impulso necesario

«África necesita desarrollar una industria y un comercio que le permita apartarse de los ciclos económicos dependientes del consumo mundial», comenta la emprendedora. La mayoría de los países viven de exportar materias primas, por lo que sus economías fluctúan drásticamente entre recesión y bonanza, según cotice el petróleo, cobre o el gas natural. En ese aspecto, Ovamba ayuda a las compañías a financiar sus actividades de exportación e importación, lo que ayuda a fortalecer la cadena logística y al incipiente desarrollo de plataformas de comercio electrónico locales.

«Entre el 80% y el 90% de la población adulta no está bancarizada», dice Leland Rice, CEO de Dedalus Global, una firma de consultoría estratégica especializada en tecnología y mercados emergentes. Según un informe del Banco Mundial, en 2015 había 350 millones de adultos en África Subsahariana sin cuentas bancarias. En ese sentido, el fintech es la palanca que permite el desarrollo de diferentes negocios en varios sectores para diversificar la economía africana.

«La falta de infraestructura es el principal factor que tradicionalmente ha obstaculizado el crecimiento de África», dice el experto al referirse a todo tipo de infraestructura: carreteras, estaciones eléctricas, telecomunicaciones o redes bancarias. «Ahora, las personas sólo necesitan un ‘smartphone’ y datos para acceder o muchos servicios como telemedicina, transporte o financiación», dice.

La mayoría de los africanos todavía usan móviles no inteligentes, pero la penetración de ‘smartphones’ va en aumento. En 2019, había 272 millones de usuarios de internet móvil, una cifra que ascenderá a 475 millones en 2025, según la organización de operadores móviles GSMA. Planes de datos y móviles inteligentes cada vez más baratos son dos de los factores que impulsan una mayor penetración, comenta Rice.

Resiliencia

En 2020, el año en el que comenzó la pandemia, 397 startups africanas levantaron un total de 701,5 millones de dólares, según el informe ‘African Tech Startups’ producido por el medio de comunicación Disrupt Africa. Se trata de una cifra récord que, además, es un 42,7% superior a los 491,6 millones levantados en 2019. «El hecho de que más startups tecnológicas africanas consiguieran más financiación que ningún otro año en medio de la pandemia es muy significativo», dice el estudio, que además subraya que ese factor demuestra la resiliencia del ecosistema emprendedor del continente.

El informe advierte, sin embargo, que el impacto real del Covid podría sentirse en los próximos meses porque la mayoría de las rondas de financiación que se cerraron en 2020 ya estaban encaminadas antes del inicio de la pandemia. Está por ver cómo evoluciona en 2021. En cualquier caso, la cifra del año pasado significa que la financiación a las startups africanas ha aumentado un 278% desde 2015, cuando 125 empresas obtuvieron 185,8 millones de dólares, indica el informe.

En 2020, la startup con la ronda de financiación más exitosa fue Vezeeta, con unos 40 millones de dólares, una compañía egipcia de telemedicina, seguida por la fintech nigeriana Flutterwave (35 millones), la sudafricana de retail Skynamo (30 millones) y la agrotech Twiga Foods (29,4 millones).

Fintech, comercio electrónico, telemedicina, logística y energía son los sectores que más financiación recibieron el año pasado, según Disrupt África. «Hay mucha necesidad de financiación, por lo que creo que el fintech es muy útil para solucionar muchos problemas en África», comenta Rice, quien también ve gran potencial en áreas como energías limpias, telemedicina o blockchain, entre otros segmentos.

Grandes mercados

Nigeria, Kenia, Egipto y Sudáfrica son los principales mercados para las startups en África. Entre los ‘cuatro grandes’ cubrieron el 77,3% de la financiación a las startups del continente en 2020. La ciudad de Lagos en Nigeria es en ocasiones nombrada como el Silicon Valley africano gracias a su buena conectividad a internet, gran capacidad para encontrar trabajadores que hablen buen inglés y presencia de fondos de capital riesgo. Según la web ‘crunchbase’ hay unos cien fondos de capital riesgo en Lagos.

Sudáfrica, con una economía más desarrollada que los otros tres países, es un mercado más maduro donde la Bolsa de Johannesburgo tiene una capitalización de mercado en renta variable con un nivel similar al de Bolsas y Mercados Españoles. Kenia, con buena conexión aérea con Europa y los países del Golfo, es el principal mercado para las startups centradas en África Oriental, mientras que Egipto ha surgido con fuerza como un jugador relevante en los últimos años, al pasar de 5 millones de dólares invertidos en startups en 2015 a más de 141 millones en 2020.

Desde que Ovamba comenzó en 2013, Llewellyn ha visto cómo el ecosistema ha crecido de forma significativa. Y, de hecho, cada vez ve una mayor diversificación a otros países más allá de los ‘cuatro grandes’ ante la constante llegada de fondos europeos y estadounidenses para invertir en startups en África.

Jumia, el gigante de referencia

Cuando se habla de tecnológicas africanas, hay una que siempre viene a la mente de los inversores: Jumia, una plataforma ecommerce con presencia en 14 países del continente como Argelia, Marruecos, Nigeria, Kenia y Sudáfrica. La compañía, fundada en 2012 en Lagos, ha experimentado un fuerte crecimiento y cotiza en la Bolsa de Nueva York desde abril de 2019. Desde entonces, sus acciones suben un 45,32% desde 25,46 hasta 37 dólares. Su capitalización de mercado ronda cerca de 3.624 millones de dólares. La mayor penetración del móvil y la implementación de sistemas de pago mediante soluciones fintech son algunos de los factores que impulsan el comercio electrónico. Otro hecho importante es que el PIB per cápita en África Subsahariana se ha triplicado en los últimos veinte años, según el Banco Mundial.

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