El desabastecimiento global dispara el precio del papel


La escasez de materias primas es transversal ya a todos los sectores de la economía y, en algunos, pone ya en entredicho su recuperación, tras año y medio golpeados por el Covid-19. Porque faltan semiconductores, materiales de construcción, metales… ¡y ahora también papel! en una coyuntura mundial que ya tensiona con fuerza a la cadena de suministro en España.

Lo nota sobre todo el negocio editorial, al que la falta de papel pone en jaque las nuevas ediciones a escaso mes y medio de la navidad, uno de sus periodos de más facturación. Como sucede en el resto del tejido económico, el sector se enfrenta a la vorágine de demanda que ha traído la reactivación del consumo y muchas editoriales ya asumen que podrían tener que enfrentar retrasos en algunas de sus entregas de libros.

Una suerte que también se cobra en una subida abultada de los precios. Según explican fuentes del sector a este periódico, el espectacular aumento de la demanda ha hecho que las tres grandes bases de suministro de pasa de papel situadas en la península escandinava, Finlandia y Canadá (Columbia británica) hayan disparados los precios en hasta un 30% durante los últimos seis meses, con una demora para atender los pedidos que alcanza en estos momentos los 45 días de media.

No solo en el propio papel, sino también en algunos derivados como el cartón, «especialmente el destinado a libros y agendas con cubiertas en tapa dura» explica a ABC, el presidente de la Asociación de Editores de Madrid, Manuel González. «El problema estriba en un acelerado incremento de pedidos online que al ser canalizados en pequeños paquetes individuales embalados en cartón, que ha propiciado también una mayor demanda de este producto que, si bien no solo afecta a embalajes y cubiertas de libros, ha provocado en este sector tanto la subida de precios como el retraso en el suministro en las mismas magnitudes del papel impreso», señala el líder de la patronal, que estima subidas de precios en los libros en el entorno del 3% en el primer semestre de 2022. Y eso gracias al acopio de papel que han hecho las empresas en vista de la crisis de suministro.

Desde las editoras también atribuyen estos aumentos de precios al encarecimiento de la electricidad, que está derivando en mayores costes de producción para imprentas y encuadernadoras, lo que venía estrechando los márgenes de rentabilidad.

Coyuntural

Unas situación a la que también se suma la escalada de precios en los fletes marítimos y sus consecuentes retrasos de suministros que ya retrasan las perspectivas de crecimiento para el segundo semestre de 2021 y para el primer semestre de 2022 en el negocio editorial. Aunque, González asegura que no deberían ser factores desencadenantes de una nueva crisis de largo alcance «porque se trata de algo coyuntural».

En cualquier caso, la herida será más profunda en las pequeñas editoriales que en las grandes, debido a la mayor capacidad de negociación y las características de sus contratos con proveedores de estas últimas. «Los grandes grupos editoriales han minimizado su impacto gracias a que su sistema de compra de estas materias se fundamenta en contratos pactados con anterioridad a esta crisis y eso les garantiza precios y suministros en condiciones mucho más competitivas, mientras que los pequeños editores, que acuden a sus proveedores con carteras de pedidos más modestas en cantidades y plazos, están ajustando sus planes editoriales para 2022 de forma que las apuestas más atractivas de sus catálogos se harán sobre las novedades de mayor tirada en ejemplares, lo que abarata el coste unitario», explican los editores de Madrid

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