El BCE ante la hoja de ruta post pandemia


La reunión de este jueves del consejo del BCE es anterior a un cruce de declaraciones de varios de sus miembros acerca de la inminente retirada de estímulos. Las campañas de vacunación, aunque a tropezones, van avanzando, y la economía se apresta a volver a una normalidad que será muy diferente que la anterior pero en la que el banco emisor no debe seguir manteniendo la respiración asistida a pleno rendimiento. No se esperan cambios en política monetaria, pero el Consejo tiene que ir diseñando esa retirada de medidas que será sin duda progresiva y sostenida en el tiempo, pero que por alguna parte tiene que empezar. El gobernador del Banco de Holanda, Klaas Knot, cree que lo primero que hay que hacer es reducir las compras de bonos. Francois Villeroy de Galhau ha citado marzo de 2022 como una posible fecha de finalización de los programas de estímulo. Lagarde se ha limitado hasta ahora a garantizar que habrá apoyo monetario hasta «bien entrada la recuperación» y mantiene la mirada fija en algún punto más allá del Atlántico. La Reserva Federal estadounidense se propone comenzar a retirar estímulos cuando se alcance en el país el 75% de inmunidad.

Aunque el Consejo no cuente con una nueva batería de datos macro en esta reunión, todo lo que sus expertos predicen apunta a que la economía euro está en camino de una recuperación sólida en el segundo semestre del año. De ahí que comience a hablar de que la compra de bonos se reduzca a partir del tercer trimestre. «Si la economía se desarrolla de acuerdo con nuestra línea de base, veremos una mejor inflación y crecimiento a partir del segundo semestre», ha adelantado Knot, «en ese caso, me quedaría igualmente claro que a partir del tercer trimestre en adelante podemos a eliminar gradualmente las compras de emergencia pandémica y terminarlas como estaba previsto en marzo de 2022».

El BCE intensificó la compra de bonos de su programa especial antipandemia el mes pasado, ante la preocupación de que el aumento de los rendimiento de la deuda soberana, por contagio de la subida de rentabilidades en los bonos de EE. UU., pudiera encarecer el coste de financiación y hacer descarrilar la eventual recuperación de la zona euro. Pero los rendimientos se han estabilizado desde entonces. Ajustados a la inflación, en términos reales, están nuevamente cerca de sus mínimos de principios de año, niveles con los que Knot asegura sentirse cómodo. «En la medida en que los rendimientos nominales más altos sean impulsados por una mejor inflación y perspectivas de crecimiento, para mí eso es completamente benigno», ha dicho, «si las tasas reales son aproximadamente constantes, se significa que las tasas nominales más altas se significa además, enteramente a expectativas de inflación más altas y eso es algo con lo que me siento cómodo».

Queda, por tanto, una reunión para ir tanteando la retirada de medidas. La evaluacón del ritmo de las compras de activos no se llevará a cabo oficialmente hasta junio, pero Lagarde debería ir dando hoy alguna pista sobre el debate ya en curso, con unos más centrados en la contención exitosa de los rendimientos de los bonos y la recuperación , mientras que los otros, los más afectados por la crisis, argumentarán seguramente el retraso de la llegada del dinero del Fondo de Reconstrucción. La recuperación económica y la inflación pueden convertirse en un nuevo objeto de disputa entre los halcones y las palomas. La inflación, aunque sea por factores temporales, va a seguir subiendo en los próximos meses. En Alemania, el IPC armonizado ya alcanzó el 2%, una cifra que ‘pone nervioso’ al Bundesbank alemán.

Hay quien piensa, como los economistas de Bank of America Merrill Lynch, que Lagarde puede dejar pasar esta última reunión, aplazando así la apertura del debate en beneficio de la calma: «La reunión del BCE de esta semana podría ser la calma antes de La tormenta. Las perspectivas y el balance de riesgos apenas han cambiado, el BCE ha cumplido su promesa comprar más bonos. Es hora de reiterar los mensajes. Pero no esperamos que el BCE proporcione ninguna orientación adicional para los meses venideros y tiemando espacio para los nervios del mercado antes de la reunión de junio». Lo cierto es que, con más o menos pistas, la reunión clave será la de junio. El BCE tiene márgenes porque solo ha gastado poco más de un billón de los 1.85 billones que tiene el paquete total del PEPP. Sin embargo, Lagarde se ha comprometido en varias ocasiones a usar solo la parte que sea necesaria, de modo que dejar una parte del PEPP sin gastar lograría apaciguar temporalmente al ala de los halcones.

La reunión de este jueves del consejo del BCE ha estado precedida de un cruce de declaraciones de varios de sus miembros acerca de la inminente retirada de estímulos. Las campañas de vacunación, aunque a tropezones, van avanzando, y la economía e apresta a volver a una normalidad que será muy distinta que la anterior pero en la que el banco emisor no debe ya seguir manteniendo la respiración asistida a pleno rendimiento. No se esperan cambios en política monetaria, pero el Consejo tiene que ir diseñando esa retirada de medidas que será sin duda progresiva y sostenida en el tiempo, pero que por alguna parte tiene que empezar. El gobernador del Banco de Holanda, Klaas Knot, cree que lo primero que hay que hacer es reducir las compras de bonos. Francois Villeroy de Galhau ha citado marzo de 2022 como una posible fecha de finalización de los programas de estímulo. Lagarde se ha limitado hasta ahora a garantizar que habrá apoyo monetario hasta «bien entrada la recuperación» y mantiene la mirada fija en algún punto más allá del Atlántico. La Reserva Federal estadounidense se propone comenzar a retirar estímulos cuando se alcance en el país el 75% de inmunidad.

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