El absentismo laboral dispara las alarmas


Ha repuntado un 12,48%, mientras que el crecimiento de la afiliación a la Seguridad Social no llega al 4%. Si bien sólo el 5% de la plantilla se coge más del 30% de las bajas, en España comienza a desaparecer el miedo a ser despedido. Gripes, constipados, lumbagos, depresiones, cuadros de estrés… Y algún que otro chascarrillo. Un millón de personas no acuden a diario a sus puestos de trabajo. Pese a que la mayoría de las ausencias están justificadas por enfermedades pasajeras o patologías severas, tampoco faltan los caraduras. El absentismo resta competitividad a las empresas y lastra el crecimiento económico de España entre un 5 y un 6%.

Las tres principales novedades del nuevo sistema de partes para las bajas laborales son la inclusión de protocolos de temporalidad en los actos médicos de confirmación, el control y seguimiento de la mutua desde el momento en que se expida la baja y la posibilidad de suspensión cautelar del subsidio si el trabajador no comparece a reconocimiento médico –debe ser citado con cuatro días de antelación–. Las comunidades autónomas han mostrado significativas discrepancias. Y es que la implantación, al igual que la gestión, resulta desigual, a pesar de los esfuerzos de coordinación del Ministerio de Sanidad.

El nuevo sistema no tendrá demasiado impacto en el problema por la dicotomía que existe en España entre la Administración que paga y la que gestiona las bajas. Ricardo Alfaro, director de Operaciones de Asepeyo, explica que «la capacidad para expedir el parte de baja y alta lo tiene el médico del servicio público de salud (que depende de las comunidades autónomas), mientras que el pago del subsidio de incapacidad temporal, a partir del decimosexto día, corre a cargo de la mutua colaboradora o, en su defecto, del INSS (que dependen del Estado)». Alfaro asegura que si el ritmo de crecimiento del gasto por incapacidad temporal continúa disparado por encima de los ingresos ponemos en riesgo la estabilidad del sistema. De ahí, «la urgencia de un abordaje proactivo del problema por parte de todos los agentes que intervienen: empresas, patronales, sindicatos, servicios públicos de salud, INSS y mutuas colaboradoras con la Seguridad Social».

Source: The PPP Economy

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