De Guindos admite una posible primera subida de tipos de interés a partir de julio
El presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, ya había declarado esta semana en Washington que «los números hablan su propio idioma» y que «se requiere una política monetaria». Se trataba de una clara referencia a que el BCE suba los tipos de interés a partir del verano si es que se acuerda de cómo se hace, porque la última subida tuvo lugar en 2011. «No estoy a favor de vueltas de tuerca apresuradas pero hay que evitar la estanflación», había dicho Nagel, pero como es la letanía de los halcones, los mercados no lo tomaron muy en serio hasta que ha hablado en el mismo sentido Luis de Guindos, vicepresidente del BCE y nada sospechoso de excesiva disciplina. En una entrevista concedida a Blommberg, Guindos también ve una posible subida de tipos de interés en la eurozona en julio. «Teóricamente, todo es posible», responde cuando se le pregunta si es posible una subida de tipos de interés en julio.
No obstante, De Guindos aclara que la subida de los tipos de interés no tiene por qué acometerse «de forma automática una vez finalizadas las compras de deuda». «Tenemos un tiempo de por medio y dependemos de los datos económicos. Mi opinión es que el programa de compra de activos debería terminar en julio y que para la primera subida de tipos de interés hay que ver nuestras proyecciones, los diferentes escenarios y, solo entonces, decidir», ha precisado. «De momento no se ha decidido nada», ha añadido, «desde la perspectiva de hoy, julio es posible y septiembre o más tarde también es posible. Veremos los datos y solo entonces decidiremos».
Caída del euro
A diferencia de la Reserva Federal de EE. UU., el BCE se ha mostrado hasta ahora vacilante en la lucha contra la inflación. Una consecuencia de las diferentes políticas monetarias es un claro diferencial de tipos de interés en los mercados financieros: el bono del gobierno alemán con un plazo de diez años actualmente rinde alrededor del 0,3%, mientras que el papel estadounidense comparable con el mismo plazo rinde casi el 2%. En este contexto, los inversores llevan meses favoreciendo la zona del dólar, lo que se refleja también en la evolución del valor entre el euro y el dólar y a su vez está alimentando aún más el problema de la inflación en la zona euro.
La caída del valor de la moneda común exacerba el problema de la inflación porque los bienes importados en la zona del euro se encarecen. Con cada día que el BCE se abstiene de tomar medidas para combatir la inflación, él mismo está contribuyendo a la creciente presión de los precios. Hace poco menos de un año, un euro costaba alrededor de 1,25 dólares, ahora ronda los 1,08 dólares. La moneda común europea ha perdido más del 13% en comparación con la moneda estadounidense, mientras la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha seguido presentando durante meses el problema de la inflación como en gran parte temporal y que se resolverá en gran medida por sí mismo.
Solo en las últimas semanas han comenzado a llegar señales desde Fráncfort que indican un replanteamiento gradual debido a que el BCE ha estado sometido a una gran presión. El vicepresidente de Deutsche Bank, Karl von Rohr, ha advertido recientemente que la tasa de inflación podría aumentar a dos dígitos en breve. «Tenemos que adaptarnos al hecho de que podríamos obtener tasas de inflación que no hemos visto desde la década de 1970, las subidas de tipos de interés por parte del BCE son, por tanto, necesarias con urgencia para que las expectativas de inflación no se consoliden en un nivel elevado».
Ann-Katrin Petersen, estratega de mercado de capitales del gigante de inversiones Blackrock, está de acuerdo en que la visión del tipo de cambio euro-dólar preocupa cada vez más al Consejo de Gobierno. «Es muy posible que la comunicación del BCE esté dirigida, al menos parcialmente, a estabilizar el tipo de cambio», dice.
Pero la voz principal en este concierto, la de Christine Lagarde, sigue siendo imprecisa. Las compras de bonos de miles de millones de dólares «muy probablemente» terminarán en el verano, es lo último que ha dicho. Solo en un segundo paso, la era de los tipos de interés cero debería llegar a su fin. Y Lagarde deja abierto exactamente cuánto tiempo pasará después del final de las compras, podría ser desde una semana o varios meses.
En resumidas cuentas, el BCE está modificando su comunicación, pero todavía no está tomando medidas estrictas contra el aumento del nivel de precios. «Todavía no parece que el BCE empiece a luchar contra la inflación en serio», dice el economista Alexander Krüger del banco privado Hauck Aufhäuser Lampe, que considera que «solo los cosméticos de tasa clave» son inminentes. El economista jefe de Commerzbank, Jörg Krämer, insiste en la urgencia de que el BCE tome medidas contra las expectativas de inflación y señala que corremos el riesgo de alcanzar un punto de no retorno «si el BCE se queda muy por detrás de los movimientos de la Reserva Federal».