Cuando los drones imitan a la naturaleza
Es un pájaro, es un avión… No, es un dron que ha tomado la forma de un ave rapaz con un objetivo muy definido: el control de plagas. Detrás de este ingenio volador está Kowat, una empresa de «investigación y desarrollo de sistemas biomiméticos, de productos basados en la naturaleza», explica el fundador de la compañía, Paco Morente. De la observación e investigación de los ecosistemas naturales surge esta solución sostenible, vehículos aéreos no tripulados que replican la forma de distintas aves y se utilizan especialmente en el ámbito de la agricultura y la acuicultura, en huertos y piscifactorías, pero también pueden desplegar sus alas mecánicas en otros ámbitos, por ejemplo, en aeropuertos.
«El miedo es el arma más poderosa de todas la emociones, y es innato», asegura Morente sobre el impacto de estos drones disuasorios, al tiempo que subraya por qué su empresa es la única capaz de ofrecer estos servicios: conocimiento. Tanto Villba como la cofundadora del proyecto, Ángeles Villaba, son expertos en el comportamiento de las aves. Sus familias se han dedicado al cultivo desde siempre, y ellos llevan décadas desentrañando las leyes biotópicas que rigen en la naturaleza desde hace millones de años.
«Es importante conocer cómo se forman las plagas de aves, esto no se trata de quemar baterías con un dron, dando vueltas, esto no funciona así, incluso se puede agravar el problema», explica el también director científico de la empresa. En Kowat no solo fabrican el ave rapaz que más tema la especie a controlar. Para ofrecer el servicio también se toman en cuenta factores como el tipo de cultivo, luminosidad, viento, época del año y los patrones de vuelo tanto del dron o ave rapaz fabricada como de la especie a controlar, entre otros aspectos. El proceso de control de plagas suele tener una duración media de quince días.
La empresa se fundó en 2016, y contó con el espaldarazo de recibir el segundo premio mundial de la Agencia Espacial Europea (primera y única vez para España).
Kowat se prepara para en un futuro no solamente prestar este servicio, sino también vender sus propios drones. Los compradores podrán ir programando y actualizándolos con los conocimientos exclusivos de la empresa, con la finalidad de «combatir evolutivamente» estas plagas. Para afrontar este paso, la empresa se prepara para abrir «una ronda de inversión de dos millones de euros».