Consejos para evitar la contratación de productos vinculados a la hipoteca


Hasta hace poco tiempo las entidades bancarias ponían como condición para la aceptación de una hipoteca que el cliente contratara una serie de productos vinculados al préstamo. Aunque esta práctica ya está prohibida por la legislación, sí que es común que los bancos ofrezcan unas mejores condiciones si se contratan productos vinculados, una alternativa que puede tener un alto coste y que hay que analizar detenidamente.

La contratación del seguro del hogar, del seguro de vida y de otra serie de productos bancarios fueron durante años la norma a la hora de suscribir una hipoteca. Desde la entrada en vigor de la Ley 5/2019, de 15 de marzo, reguladora de los contratos de préstamo inmobiliario, los bancos tienen prohibido condicionar la aprobación del mismo a la contratación de otros productos.

Es común, sin embargo, que las entidades ofrezcan hipotecas a un interés más bajo si se cumple la condición de contratar algunos de sus productos, una práctica que sí permite la ley siempre y cuando se ofrezca al consumidor la opción de no suscribirlos, así como la información necesaria para entender el coste que supone o no su contratación.

Lo que sí se permite al banco es exigir a la persona que se hipoteca un seguro del hogar de cobertura mínima, que no tiene por qué contratarse con el propio banco, así como una cuenta bancaria en la entidad a la que girar los recibos. Por tanto, con estas dos excepciones, en ningún otro caso el banco puede condicionar la aprobación de la hipoteca al hecho de que se contraten o no otro tipo de productos.

Un coste mayor que el de mercado

La cantidad de productos vinculados que el banco exige contratar para mejorar las condiciones del préstamo varía de una a otra hipoteca, de un par de ellos a alrededor de una decena, entre los que se incluyen seguros del hogar o de vida, planes de pensiones, tarjetas de crédito o planes de previsión asegurada.

Los productos vinculados pueden llegar a suponer un alto coste para el comprador, no solo por el propio precio de estos productos, sino también porque algunos de ellos llevan aparejados otros gastos y comisiones de mantenimiento. Por esta razón es conveniente analizar si la contratación de estos productos compensa la mejora de las condiciones que se recibe a cambio. En el caso del seguro de hogar que exige la entidad, lo más habitual es que se obtenga un mejor precio de una aseguradora ajena al banco.

Si se opta por el seguro de hogar que oferta el banco es recomendable no incluir su importe dentro de la propia hipoteca, aunque esto permita pagarlo mes a mes, ya que se devengará también el interés del seguro.

Negocia el interés y los productos vinculados

Como ocurre con el resto de condiciones de la hipoteca, los productos vinculados que oferta el banco son también negociables, especialmente si se dispone de un buen perfil laboral y financiero. De hecho, si el cliente cuenta con un perfil que interesa al banco, es posible que obtenga un tipo de interés que no haga necesaria la contratación de productos vinculados para mejorar la oferta.

La alta competencia actual entre entidades hace cada vez más habitual la negociación de las condiciones con el banco. Existen, incluso, hipotecas específicas con bajos tipos de interés orientadas a clientes con un determinado volumen de ingresos.

Para aumentar las posibilidades de que las negociaciones con el banco lleguen a buen término es aconsejable aportar toda aquella documentación que acredite estabilidad laboral, una buena situación económica y un historial crediticio óptimo. En este sentido, conviene justificar que se dispone de contrato fijo y una buena nómina, o en su defecto de unos buenos ingresos como autónomo con perspectivas de futuro, que se cuenta con ahorros y que se carece de otros créditos o deudas.

Al preparar la negociación con el banco es recomendable tener claros qué objetivos se quiere alcanzar: qué tipo de interés se está dispuesto a asumir en el préstamo, o qué otras condiciones de la hipoteca son aceptables y cuáles no.

En cualquier caso, siempre es aconsejable comparar entre los préstamos hipotecarios de varias entidades en busca del que supone un mayor ahorro y unas condiciones más ventajosas; e incluso estas ofertas de otros bancos pueden ser de utilidad a la hora de negociar con las entidades.

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