Cómo afectaría un Brexit duro a la economía española
La situación del Brexit continúa totalmente estancada, después de establecer una nueva prórroga hasta el 31 de octubre para que el Parlamento británico acepte el actual acuerdo con la Unión Europea. El mayor inconveniente de este nuevo aplazamiento son las elecciones al Parlamento europeo, que tendrán lugar en mayo. Reino Unido ha declarado que se compromete a participar en las elecciones, en el caso de que cambie de idea, se vería obligada a salir de la Unión Europea sin acuerdo el próximo 1 de junio.
El problema de este nuevo aplazamiento es que la Unión Europea no está dispuesta a cambiar los términos del anterior acuerdo, que ya ha sido rechazado en tres ocasiones en el Parlamento británico. Esta situación podría dar lugar a una nueva moción de censura sobre Theresa May para tratar de explorar nuevas vías de negociación, como un nuevo acuerdo o un segundo referéndum.
El gran problema de un Brexit blando es que el Reino Unido continuaría dentro la unión aduanera europea, por lo que no podría negociar acuerdos unilaterales con terceros, mientras que si mantuviera la libre circulación de personas dentro de la Unión tendría que seguir aportando fondos, por lo que sería una salida que prácticamente no cambiaría su actual participación con la Unión Europea.
La otra posibilidad, la que generaría una mayor volatilidad e incertidumbre sería un Brexit duro, ya se tendrían que negociar nuevos acuerdos sobre todo en materia de circulación de personas y mercancías. Este escenario es el más negativo para las bolsas, y el que más podría empeorar las perspectivas económicas.
Por tanto, como influiría este escenario en las empresas españolas, es lo que vamos a explicar a continuación.
Uno de los sectores más perjudicados seria la banca, ya que tendría que enfrentarse a nuevas regulaciones, con la duda sobre lo que ocurriría con el tratamiento de sus empleados no británicos. Sabadell y Santander son los que más exposición tienen en el mercado británico, por lo que en un primer momento serían los más penalizados.
Es el caso de Sabadell, que cuenta con su mayor posición fuera de nuestras fronteras en Reino Unido, con el banco comercial TSB. Caso similar es el de Banco Santander, que su filial británica supone más de un 10% de sus resultados anuales. La depreciación de libra unida a nuevas regulaciones podría reducir sus beneficios en términos reales.
Por otro lado, todas las empresas españolas que tengan un flujo de exportaciones e importaciones con el Reino Unido se verían gravemente perjudicadas, ya que habría que esperar a un nuevo marco comercial a partir de la salida. Además, muchas de las mercancías podrían empezar a gravarse con aranceles al no participar de mismo acuerdo comercial. Las empresas españolas con mayor exposición al mercado británico son las que mayor volatilidad podrían sufrir en el caso de que se produjera una salida sin acuerdo. Esta situación generaría grandes interrogantes sobre la viabilidad de sus negocios en un país que dejaría de ser miembro de la Unión Europea.
Telefónica sigue con gran exposición a Reino Unido a través de su filial O2. A pesar de que ha intentado deshacerse de ella en dos ocasiones, continúa significando una de las mayores posiciones de la compañía de telefonía en Europa. Por último, IAG es el que más podría sufrir, ya que más del 30% de sus ingresos provienen de Gran Bretaña. Un paso atrás en materia de integración económica supone toda una incógnita para la liberta de capitales, libertad de fronteras y regulación aérea.
Además del flujo constante de mercancías, el sector inmobiliario también se podría ver perjudicado en España, ya que los británicos tienen un peso muy importante tanto en el turismo hotelero, como en la compra de propiedades en zonas costeras.
En España hay cerca de 300.000 británicos registrados, de los cuales 115.000 están en edad de jubilación. Muchos de ellos viven en España con la pensión de su país de origen. Las comunidades más pobladas de británicos son Andalucía, Valencia y las Islas Baleares y Canarias, con una especial concentración en Alicante y Málaga. Desde hace dos años se ha experimentado una ligera reducción de británicos a la espera de la resolución final del Brexit, lo que afectaría al mercado inmobiliario local y al turismo de zona.
La incertidumbre sobre cómo sería el tratamiento de los británicos en España en el caso de que hubiera un Brexit duro podría generar la paralización de la inversión británica hasta que se creara un nuevo marco legal. Desde hace varios meses la inversión británica ha disminuido mucho en nuestro país a la espera de la decisión que tome el Parlamento británico. Podría darse el caso de que los ciudadanos británicos necesitaran de visados para viajar a España, o que los que residen aquí pasaran a estar de manera irregular.
Source: The PPP Economy