COAG exige a Garzón más controles sobre las importaciones de terceros países y competir en igualdad


El ministro de Consumo Alberto Garzón ha continuado este martes con su acercamiento al sector agrario y ganadero, tras sus polémicas declaraciones en ‘The Guardian’ sobre la carne española por las que se ha ganado la censura de toda la rama productora. Después de su reunión del jueves pasado con la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), hoy era el turno de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Su secretario general Miguel Padilla ha criticado en declaraciones realizadas tras la cita con el también líder de Izquierda Unida (IU) «la criminalización» de la carne española y asegurado que «cumple con la regulación más exigente del mundo» en referencia a la legislación europea. En este sentido, ha exigido que como miembro del Gobierno promueva mayores controles sobre las mercancías de terceros países para que cumplan con los estándares comunitarios y, de esta forma, competir en pie de igualdad. Como ejemplo, ha mencionado el ejemplo de las importaciones de carne desde Mercosur – Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela – cuando este tratado comercial este ratificado. «Esto sí que va a suponer un choque con la carne producida en la Unión Europea», ha sostenido Padilla quien también ha invitado a Garzón a visitar explotaciones ‘semiintensivas’ o ‘semiextensivas’ .

Al respecto, según los servicios técnicos de COAG, la entrada en vigor del tratado comercial con Mercosur – Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela – tendría un impacto negativo de 2.700 millones de euros anuales (un 20% de la producción final ganadera). El tratado comercial con Mercosur se alcanzó el pasado 28 de junio de 2019, tras más de dos décadas de negociaciones aunque en la actualidad está bloqueada su ratificación por países como Francia. En el mismo, entre otras disposiciones, se abre las puertas del mercado comunitario a 99.000 toneladas de carne de vacuno (el 55% carne fresa y un 45% congelada con un derecho del 7,5%) progresivamente durante los próximos seis años. Lo que representa el 1,2% del consumo total de carne de vacuno (8 millones de toneladas al año, según la Comisión Europea).

Macrogranjas y la ‘uberización’ del campo

En cualquier caso, el encuentro con Garzón no ha soslayado la polémica alrededor de las macrogranjas o grandes explotaciones. Padilla ha explicado que el ministro considera que no se han interpretado bien sus palabras. Para el máximo dirigente de COAG, el acento hay que ponerlo en «cómo se produce» la carne antes que en cargar contra todo un modelo en referencia a la ganadería intensiva. En esta línea, ha recordado que la mayoría de las explotaciones cuya actividad que tienen este modelo son medianas y pequeñas explotaciones. Además ha reivindicado el rol de este tipo de granjas en la lucha contra la explotación. «Esta polémica no tiene ningún sentido», he concluido.

De todos modos, desde COAG, han advertido contra ‘el proceso de uberización del campo’, al que también asocian el desembarco de fondos de inversión. Un modelo que el secretario general de esta organización agraria ha tachado de «insostenible» y pone como ejemplo el proyecto de 23.000 vacas de leche que se quiere instalar en Noviercas (Soria). «La producción anual estimada vendría a sustituir a 432 explotaciones familiares, destruiría 726 empleos en zonas rurales y generaría el doble de residuos orgánicos que toda la población de Castilla y León», ha denunciado el máximo responsable de COAG.

Etiquetado diferenciado

Padilla también ha apoyado todas las iniciativas a favor de un etiquetado que diferencie el origen de los productos e informe de toda su trazabilidad. Sobre lo anterior, el secretario general de COAG ha recordado que viene siendo una de las «reivindicaciones históricas» de esta organización agraria.

 

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