Cilleros, candidato oficial de Cándido Méndez en UGT
Miguel Ángel Cilleros, secretario general de la Federación de Servicios para la Movilidad y el Consumo, que agrupa a sectores como el ferroviario, aéreo, transportes urbanos y carreteras, marítimo, comercio y hostelería, ha empezado la carrera para sustituir a Cándido Méndez al frente de la Unión General de Trabajadores. Cilleros, de 53 años, cuenta con el apoyo de Cándido Méndez, que hace unos días dijo que el secretario general debería tener entre 45 y 55 años, experiencia y proceder de una federación industrial.
Cilleros anunció el martes, en una conferencia del sector de carreteras del sindicato, sus intenciones de acceder a la Secretaría general de la UGT y las ratificó oficialmente en el Comité Federal de su federación que se celebró ayer. En su intervención, Cilleros, curiosamente, parafraseó a Méndez cuando afirmó que el nuevo secretario general debía tener entre 45 y 55 años, experiencia y proceder de una federación industrial. Además del inestimable apoyo de Cándido Méndez, Cilleros cuenta con el apoyo de José Javier Cubillo, secretario de organización de UGT, que procede de la misma federación de Cilleros y de su misma empresa, Renfe.
De esta forma, Miguel Ángel Cilleros se convierte en el primer aspirante a sustituir a Méndez y en el candidato oficial del secretario general saliente. Sin embargo, este apoyo oficial no le garantiza a Cilleros un camino de rosas hasta el mes de marzo, fecha del congreso confederal. Las reacciones no se han hecho esperar. «Le falta autoridad», «no tiene imagen de cambio» o «que no se piense que está todo el pescado vendido», decían a LA RAZÓN diferentes federaciones y uniones territoriales consultadas. De hecho, Cilleros tiene oposición en su misma federación. Sólo hace un año y medio que transportes y comunicaciones se fusionó con comercio y hostelería, y las heridas todavía no están cerradas. Sanciones, inhabilitaciones y denuncias en los juzgados han jalonado la gestión interna de Cilleros, que tiene contestación interna.
Además, tampoco tiene garantizado el apoyo general de las federaciones y uniones. La mayoría intenta guardar silencio y mantener la prudencia. Todos los ojos se han girado hacía Cataluña. Josep María Álvarez, su secretario general, aspira también a sustituir a Cándido Méndez pero todavía no ha dado el paso. La todopoderosa federación del Metal y la Construcción, la impulsora de los cambios organizativos que deben modernizar al sindicato para adaptarlo a los nuevos tiempos, le ha mostrado su apoyo si se presenta, pero no lo ha hecho. Su posición con respecto al proceso independentista le ha restado apoyos y ha levantado críticas internas.
La pasada semana, Álvarez y Cilleros se reunieron en Barcelona. Ambos se tantearon. Unas horas después de este encuentro, la federación de Cilleros emitió un duro comunicado contra las veleidades independentistas de Cataluña y menos de una semana después, Cilleros anuncia su candidatura. Álvarez espera su momento porque también mira de reojo puertas adentro. Lleva dirigiendo el sindicato desde 1989 y su relevo se plantea complicado. Su candidato, Camil Ros, no parece aglutinar suficientes apoyos y su sustituto natural, Matías Carnero, presidente del Comité de Seat, no parece muy interesado en el puesto, sobre todo, tras la problemática que arrastra el grupo Wolkswagen. Sólo queda en el tintero, la mano derecha de Álvarez, Diego Martínez un hombre que ha dirigido la organización catalana con guante de seda y mano de hierro en los últimos años.
Además de Cilleros y Álvarez, otros candidatos se mantienen agazapados. Carmen Castilla, secretaría de Andalucía, Frederic Monell o Almudena Fontecha, miembros de la ejecutiva de Méndez, han salido en las quinielas internas del sindicato. Sólo Castilla se mostró dispuesta a presentarse –algunas voces dicen que es la candidata preferida de Méndez pero que la situación de la organización andaluza aconseja pocos cambios–, pero ni Monell ni Fontecha se han postulado en ningún momento.
La división interna, agudizada por el proceso de fusión de federaciones, hace que los apoyos todavía no sean explícitos. Cilleros sólo cuenta con su federación –y con algunas ausencias significativas– y con la federación de servicios privados. El Metal apoyaría a Pepe Álvarez, pero si hay confrontación con Cilleros, no contaría con un respaldo monolítico.
Source: The PPP Economy