China liberaliza la salida a bolsa de nuevas empresas


Las autoridades de China dieron ayer el visto bueno a una nueva ley que descentraliza el sistema de autorización para las salidas a bolsa de nuevas empresas, de manera que la competencia para aprobar las nuevas ofertas públicas de valores (OPV) pasa a estar en manos de los organismos que gestionan los parqués de Shanghái y Shenzhen.

Esta nueva regulación, que se inspira en el funcionamiento de los mercados internacionales, acaba con el poder de veto que ostentaba la Comisión Reguladora del Mercado de Valores china (CRMV), un órgano que hasta ayer tenía la última palabra a la hora de decidir qué empresas podían salir a cotización, en qué momento e incluso los rangos del precio de salida de sus acciones.

Con esta nueva normativa, que será aplicable a partir del 1 de marzo, las autoridades esperan que se incremente el número de OPV aprobadas y se aceleren los trámites para conseguirlo, ya que en la actualidad las empresas deben hacer frente a largos y complejos trámites burocráticos que dificultan su gestión. En el futuro, todas aquellas compañías que quieran cotizar en los mercados del país asiático solo tendrán que rellenar una solicitud en una de sus dos bolsas, proporcionar información sobre sus resultados y esperar a que estos revisen sus datos y le den luz verde.

Aunque esta reforma estaba planeada desde hace meses, las turbulencias bursátiles de este verano provocaron que la decisión se haya retrasado hasta ahora. Desde diferentes foros se ha recibido la noticia con alegría, ya que se cree que el nuevo sistema será más justo y transparente y evitará las corruptelas que se han registrado en el órgano regulador. No en vano, el vicepresidente de la CRMV, Yao Gang, que además era el encargado de supervisar las salidas a bolsa, está siendo investigado por presuntas prácticas irregulares por la oficina anticorrupción del Gobierno. Al igual que Yao, otros altos cargos de la institución han sido destituidos o están siendo analizados.

Pese a que esta era una normativa esperada que ayudará a liberalizar los mercados chinos, los inversores no acogieron bien la reforma, y ayer los parqués cerraron a la baja. En su mayor caída en lo que va de mes, Shanghái se dejó un 2,59% y Shenzhen un 2,18%, unas bajadas que se achacan al miedo a que el cambio regulatorio inunde de nuevas empresas los mercados y a que se registre una bajada en los precios de las acciones.

Source: The PPP Economy

GrupoUnetcom