China creció un 8,1% en 2021 pero se ralentizó a la mitad desde el verano por las medidas contra el coronavirus


A pesar del impacto que están teniendo las medidas draconianas para atajar los últimos brotes del coronavirus, la economía china creció el año pasado un 8,1%. Así lo ha anunciado este lunes el Buró Nacional de Estadísticas, que ha cifrado el Producto Interior Bruto (PIB) en 114,3 billones de yuanes (18 billones de dólares / 15,7 billones de euros). El gigante asiático sigue recortando así distancias con los 20 billones de dólares del PIB de Estados Unidos, país al que superará como primera economía mundial en torno a 2028 o incluso antes. La pugna se agudizará este año, en el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) augura un crecimiento del 5,2% para EE.UU. y del 5,6% para China.

Con dicha cifra, el régimen de Pekín supera la previsión oficial de crecer «por encima del 6%», sobre todo por el rebote que tuvo lugar durante el primer trimestre, cuando el crecimiento fue del 18,3%. Pero, durante la segunda mitad del año, la economía se ha ralentizado por los cada vez más frecuentes brotes del coronavirus, que las autoridades atajan con confinamientos y cierre de ciudades dentro de su estricta «política de Covid 0». Aunque de esta manera evitan que el coronavirus se propague por el país, el impacto económico es enorme no solo para las ciudades afectadas, entre ellas grandes capitales como Xian e importantes puertos como Tianjin, sino también para el resto de China, donde vuelve a cundir el miedo a moverse. Por este motivo, la subida del PIB se ralentizó hasta el 4,9% en el tercer trimestre y hasta el 4% en el cuarto trimestre.

«En líneas generales, China mantuvo en 2021 la recuperación estable y continuada de la economía nacional y su posición líder en el crecimiento y en la prevención y control de la epidemia con los principales indicadores alcanzando los objetivos esperados», se congratuló el Buró Nacional de Estadísticas en un comunicado, según informa el periódico ‘South China Morning Post’. Pero advirtió de que «debemos ser conscientes de que el ambiente exterior es más complicado e incierto, y la economía doméstica está bajo la triple presión de la contracción de la demanda, el impacto en los suministros y las expectativas a la baja».

En este sentido, las ventas al por menor, que son uno de los principales indicadores de la confianza de los consumidores, crecieron solo un 1,7% interanual en diciembre, la mitad que el 3,9% registrado en noviembre. Aun así, y en gran parte por el rebote registrado durante la primera mitad del año, su subida fue del 12,5% y el consumo aportó el 65,4% del aumento del PIB. Pero en la segunda mitad del año se notó el fuerte impacto de los estrictos controles para acabar con los brotes del coronavirus, que tienen confinados desde hace casi un mes a los 13 millones de habitantes de Xi´an y se han reforzado por la aparición de casos de Ómicron en megalópolis como Pekín, Shanghái, Tianjin y Shenzhen.

Aunque dichos confinamientos están afectando ya a fábricas y a la colapsada cadena de suministros, la producción industrial creció el año pasado un 9,6%. Tal y como explicó el director del Buró Nacional de Estadísticas, Ning Jizhe, las exportaciones de la «fábrica global» contribuyeron con un 20,9% al PIB de China, que a su vez representa ya en torno al 18% del crecimiento mundial, según recoge la agencia estatal de noticias Xinhua.

Por su parte, la inversión en activos fijos, que incluye las infraestructuras, el inmobiliario, la maquinaria y el equipamiento, subió un 4,9% con respecto a 2020, pero se vio lastrada por la crisis de deuda de la gigantesca constructora Evergrande.

Aunque las cifras del paro no se consideran reales por la precariedad laboral para millones de emigrantes rurales que buscan trabajo en las grandes ciudades, oficialmente se sitúan en el 5,1%. A tenor de dichas cifras, el año pasado se crearon 12,6 millones de empleos urbanos, por encima de la previsión de once millones. En este país con más de 1.400 millones de habitantes, los ingresos medios anuales se sitúan en 35.128 yuanes (5.534 dólares / 4.842 euros) per cápita, lo que sale a una media de 403 euros al mes y revela las enormes diferencias sociales que dividen a la segunda economía del planeta.

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