Caixabank insta a acordar cuanto antes el ERE en plena guerra con los sindicatos


La junta general de accionistas más convulsa de Caixabank, en plena negociación de un ERE histórico sobre casi 7.800 trabajadores. Los sindicatos prometieron guerra durante la cita y no han defraudado; han plantado batalla tanto dentro como fuera del recinto donde se celebra el evento en Valencia.

La junta comenzaba a las 11:00 horas y tiempo antes ya había trabajadores a las puertas del lugar de la junta. Las movilizaciones se han dividido tanto dentro como fuera, con camisetas, pancartas y proclamas contra el banco, especialmente contra el presidente José Ignacio Goirigolzarri y el consejero delegado Gonzalo Gortázar. Una protesta exterior pacífica, con humor incluido: dos personas se han colocado caretas de ambos directivos al tiempo que lanzaban falsos billetes al aire.

En el interior, las intervenciones de los sindicatos han supuesto los momentos más tensos. Representantes de CC.OO., UGT, SEBC, CGT, Accam… todos ellos han intervenido en la junta desde el atril. No han dudado en hablar, en pleno ERE, de «masacre», «vergüenza», «salvaje», etc. «No todo vale, como tampoco valen los argumentos que van diciendo por ahí de que es necesario despedir a 8.300 personas para salvar a 44.000. El problema son las formas. No aceptamos despidos forzosos, no aceptamos despidos forzosos. Bajen de su torre, dejen el posado y empápense de la realidad», ha destacado Ruth Bolaños, de CC.OO. Además, todos los representantes sindicales han criticado la subida de sueldo del presidente -triplica su salario- con respecto a cuando dirigía Bankia.

Antes de las intervenciones -con algún accionista también pasado de tono, algo habitual en estas citas- ha sido el turno de Goirigolzarri. «Una fusión como la que estamos llevando a cabo requiere un redimensionamiento de nuestras plantillas en el corto plazo para preservar el máximo número de puestos de trabajo de forma sostenible en el futuro», ha explicado. Dar salida a miles de personas para poder garantizar la viabilidad del banco, un argumento que rechazan los representantes de los trabajadores.

«Soy consciente de que son momentos delicados y que esta situación genera incertidumbre para las personas de nuestro equipo, por lo que debemos acotar el tiempo», ha añadido el presidente. En todo caso, Goirigolzarri ha comentado que tienen como objetivo «llegar a acuerdos» y que está convencido de que los lograrán alcanzar.

El directivo, asimismo, ha dicho que la fusión es su «respuesta estratégica a los enormes desafías que como sector nos enfrentamos», al tiempo que hacía hincapié en que su labor como gestores es «asegurar la sostenibilidad del proyecto en el futuro». Para todo ello, deberán «repensar el modelo tradicional» de hacer banca dada la situación actual del gremio, sin apenas rentabilidad.

«Mirando al futuro, esta situación nos va a obligar a tomar decisiones estratégicas muy importantes, pero, sobre todo, nos va a obligar a ser una organización enormemente flexible, capaz de responder con una enorme velocidad a un entorno cambiante», ha afirmado el presidente de Caixabank.

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