Beneficios sociales, ¿mejoran mi empresa?


Cheques restaurante, seguros médicos, planes de pensiones o descuentos en material escolar para los pequeños de la familia. Son sólo algunos de los conocidos como beneficios sociales que las empresas otorgan a sus empleados además de su salario y que han sobrevivido a los tiempos de crisis. De hecho, siguen representando un aspecto muy valorado por los trabajadores. Y es que, según el informe anual «Randstad Employer Brand Research 2018», el salario y los beneficios sociales se posicionan como los factores más importantes para elegir una empresa en la que desarrollar la carrera profesional. «Esto se aprecia sobre todo en los mayores de 45 años, que con un 67% son los que más importancia le otorgan a las retribuciones», indica Valentín Bote, director de Randstad Research. Sin embargo, esto no es así en todos los grupos de edad, ya que esta cifra baja al 63% entre los jóvenes de entre 25 y 44 años y al 53% en los menores de 25.

Juan Antonio Pedreño, presidente de la Confederación Española de Economía Social (Cepes), señala que las nuevas generaciones no se centran tanto en la estabilidad en el trabajo sino que entienden la necesidad de reinvertir en la empresa y valoran positivamente cuando se beneficia a los empleados. «Estamos ante generaciones que apuestan por un desarrollo sostenible, por un planeta sostenible, por lo que creo que tenderán a valorar los beneficios sociales tanto como nosotros», apunta Pedreño. En las empresas de economía social los trabajadores son también propietarios de sus negocios. «En muchos casos se comparten riesgos y proyectos, y esto ya supone de por sí un mayor compromiso con la empresa», explica Pedreño. De esta manera, los trabajadores son partícipes de los acuerdos adoptados en materia de beneficios sociales. Se trata de mejoras que inciden en ellos y en sus familias de forma directa, como es el caso de las mejoras en servicios de salud, formación o los préstamos a los empleados. «Todo esto hace aumentar el grado de compromiso y participación del trabajador en su empresa, porque directamente es el gran beneficiado de los mismos», asevera Pedreño.

Sin embargo, para Luis Fernando Rodríguez, CEO y responsable de Personas y Equipos de Watch&Act, consultora especializada en gestión de Recursos Humanos y desarrollo, el impacto de los beneficios sociales sobre los empleados tiene más que ver con la satisfacción con su puesto de trabajo que con su compromiso hacia él. «Según los estudios que hemos hecho, encontramos los beneficios sociales como uno de los factores clave para estar satisfechos con su empresa, pero no impacta tanto con el nivel de compromiso y responsabilidad del trabajador», apunta Rodríguez. De hecho, los empleados reclaman cada vez más a sus empresas que les de responsabilidad y se les permita participar en los procesos, además de fomentar su desarrollo dentro de la misma.

Satisfechas o comprometidas

«Debemos preguntarnos si queremos trabajar con personas satisfechas o con personas comprometidas con la empresa», subraya Rodríguez. O ambas. En su opinión, lo deseable para las empresas es que se situaran en un percentil retributivo elevado a la vez que facilitasen a través de acuerdos internos con otras empresas el acceso en mejores condiciones a paquetes de carácter social para los empleados. «La visión es la de pagar bien a los empleados y a la vez facilitarles el acceso a beneficios que ofrecen empresas de servicios, seguros médicos, planes de pensiones o seguros de vida», explica Rodríguez. «De esta manera se consiguen empleados más libres, responsables y autónomos, lo que redunda en un compromiso más específico y constante». Y es que se puede volver a tiempos de crisis, puede llegar el momento de la jubilación o se puede enfermar, pero con este método la empresa ayuda a sensibilizar a sus empleados de la importancia de tener ciertos aspectos cubiertos, empezando por el ahorro. De una u otra forma, si algo está claro es que las empresas ofrecen beneficios a sus empleados para resultar más atractivas en el mercado laboral y atraer y fidelizar el talento. «De esta manera se reducen los niveles de rotación y se mantiene a los mejores profesionales en la estructura de la compañía, lo cual resulta clave en la situación actual, en la que las empresas reclaman cada vez más talento», apunta Valentín Bote. Unos beneficios que, con el paso de los años, cobran cada vez más sentido. «Demuestran un compromiso por las personas y con nuestro entorno», añade Pedreño. «Destinar parte de los beneficios a mejorar el empleo, por ejemplo, supondrá crear una sociedad más justa e igualitaria, que trabaja por un empleo menos precario y lucha porque no crezcan las desigualdades», subraya , recalcando que esa responsabilidad hacia el empleado se transmite también a otros aspectos de la empresa y de la sociedad.

Trabajar en una empresa donde se tenga en cuenta cada día la propia participación, se disponga de mejoras sociales y donde se trabaje con satisfacción es algo a lo que toda persona aspira. «El salario debe ser acorde al trabajo realizado y satisfacer el desarrollo laboral de las personas y, a partir de ahí, repartir los beneficios generados», apunta Pedreño. «En definitiva, se trata de una reinversión en los propios empleados y en competitividad de la empresa», explica.

El salario no lo es todo

El informe «Randstad Employer Brand Research 2018», señala que los factores dentro del ámbito laboral a los que más importancia otorgan los empleados españoles han ido variando a medida que la recuperación económica se ha desarrollado en nuestro país. Esta variación se aprecia, sobre todo, en las nuevas generaciones que se unen al mercado laboral.

Para los profesionales más jóvenes, después del salario, es primordial un buen ambiente laboral y que la empresa ofrezca un plan de conciliación laboral sólido. De hecho, el equilibrio entre la vida personal y laboral es el que mayor subida ha experimentado en los últimos años, aumentando en un 10% entre 2016 y 2017.

Source: The PPP Economy

GrupoUnetcom