Banca, eléctricas y constructoras sufren la inestabilidad política


Bancos, energéticas, constructoras, empresas públicas y aquellas firmas dependientes del Boletín Oficial del Estado (BOE) son las compañías que más sufrirán en bolsa este periodo de turbulencias políticas. El mercado ya se posicionó a la defensiva en la jornada posterior a las elecciones generales, y es probable que la aversión al riesgo prolongue el castigo sobre estos sectores. Las firmas más diversificadas internacionalmente o con poco volumen de negocio en España, por contra, lo tendrán más sencillo para sobrevivir al temporal.

La posibilidad de que haya un cambio de Gobierno con una nueva coalición de partidos, con modificaciones normativas, brotes de inestabilidad jurídica y hasta hipotéticos problemas de deuda pública, afectará especialmente a los bancos más domésticos y con mayor exposición al pasivo público estatal. Las entidades españolas tenían, según el Banco Central Europeo (BCE), un volumen de deuda pública de más de 280.000 millones de euros a finales del año pasado, y la mayoría de este capital invertido en renta fija soberana eran títulos emitidos por nuestro país.

Las entidades medianas, y especialmente aquéllas con menor diversificación internacional, serían las más afectadas por esta inestabilidad. De hecho, de las diez mayores caídas registradas en la renta variable española el pasado lunes 21 de diciembre, un día después de las elecciones, seis fueron valores pertenecientes al sector financiero. Los recortes oscilaron entre el 3,68% de Bankinter y el 7,44% de Caixabank, y todos los bancos superaron la caída porcentual del Ibex 35.

Bankia es uno de los valores «señalados» por los inversores en las últimas jornadas, ya que, además de ser un banco propiedad del Estado, tiene todo su negocio en España. Tras el fuerte recorte del lunes posterior a las elecciones, no consiguió remontar y despidió la semana a 1,08 euros por acción, el mismo precio que marcó tras el 20 de diciembre.

El objetivo del Ministerio de Economía es el de salir de forma progresiva del valor y reducir su presencia en el mismo desde el 60,895% actual, según cifras de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), pero no a cualquier precio. El límite a partir del cual el Estado no perdería dinero sería los 1,5 euros, aproximadamente un 39% por encima del nivel actual.

Además de Bankia, CaixaBank también ha sufrido en bolsa la inestabilidad política, en su caso, por partida doble. Al problema general, con un Parlamento más dividido que nunca, se suma el caso particular de Cataluña, «cuna» de la entidad y donde la lista más votada en los pasados comicios, Junts Pel Sí, también encuentra dificultades para formar Gobierno. Además, el proceso secesionista sigue latente y promete dar «guerra» en las próximas fechas. La entidad cayó el lunes hasta 3,35 euros, y cerró la semana en 3,29 euros.

El resto de valores del sector financiero también sufrió importantes castigos tras las elecciones, pero han conseguido recuperar posiciones en los últimos días de la semana (ver gráfico adjunto).

Los cuatro descensos restantes del «top ten» de caídas aquella jornada negra recayeron en Aeropuertos y Navegación Aérea (Aena), empresa controlada por el Estado con un 51% de su capital, la sociedad anónima cotizada de inversión inmobiliaria (socimi) Merlin Properties, la eléctrica Endesa y la constructora OHL.

Source: The PPP Economy

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