El sector siderúrgico sangra por la herida abierta por el coste de la energía. El problema no es solo consecuencia de la enorme subida de precios que ha tenido un elemento tan fundamental de su estructura de costes, sino en el diferencial que muestra con respecto no solo a sus competidores de la lejana Asia, sino también frente a los de la cercana Europa. En un alarde de indiferencia, rayando en el desacato, parece que el sector no se ha enterado de que Pedro Sánchez nos ha asegurado que los precios de la electricidad se mantienen idénticos a los vistos en 2018 y se quejan de que su aumento lastra su competitividad y resta atractivo a las inversiones que son… Ver Más