Así se vive en los municipios con menos paro de España


Existe un lugar donde no hay parados. Esa Arcadia feliz no se encuentra en la californiana Silicon Valley, donde se hallan algunas de las más pujantes empresas dedicadas a las nuevas tecnologías. El Shangri-la del pleno empleo está en España, en concreto a unos pocos kilómetros de Madrid. Sin embargo, entre sus habitantes no hay cerebros empeñados en que nuestras vidas dependan de cachivaches electrónicos ni gurús de la inteligencia artificial. Todo lo contrario. En Puebla de la Sierra, a unos 100 kilómetros de la capital, la tecnología punta es la vuelta a las raíces. Durante los meses cálidos, sus habitantes viven del turismo de otra época, donde la naturaleza y la quietud sustituyen a las aglomeraciones y los chiringuitos atestados, y en los meses fríos, la mayoría del año, sus 110 habitantes censados se dedican a la apicultura artesanal, la ganadería de antaño y otras actividades vinculadas a los productos ecológicos. Los «poblanos» tienen el honor de vivir en el único municipio de toda la Comunidad de Madrid donde, según los datos oficiales del informe de enero del gobierno regional, no existe ni un solo desempleado registrado.

A su manera, Puebla ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. La localidad más representativa de la Sierra del Lobosillo, que cuenta con frontón y una cancha multiusos a estrenar, comparte protagonismo en la zona con Montejo, de cuyo hayedo también se beneficia. Con las laderas del monte nevadas, poca gente se asoma por las calles hasta que regresan los ocho niños del pueblo de la ruta que conduce el alcalde, Aurelio Bravo, del PP, hasta Buitrago, la metrópoli de la zona.

Entonces asoma Julen con un penco manso como una mula y unas rastas que auguran un voto menos para Aurelio. A Julen, exiliado de la capital, siempre le ha gustado el campo. «Aquí se vive muy bien, aire puro y mucho trabajo con las cabras. Nosotros vamos a empezar a comercializar nuestros productos. Ya tenemos todas las licencias».

No muy lejos de allí, en la ladera de Somosierra, Robregordo cuenta desde hace un tiempo con otra cabaña de cabras y una sola parada. Su alcaldesa, María Cano, del PSOE, cree que la desempleada podría ser la okupa del pueblo y cabrera ocasional. Robregordo es el pueblo más pequeño de la región, con 44 habitantes censados y 21 residentes. María, de 28 años, es alcaldesa vocacional, ya que ni siquiera es de Robregordo ni vive allí. Es de Buitrago y al acabar periodismo se fue a un pueblo de Finlandia a dos horas de Helsinki donde tenían de todo. Entonces decidió trasladar su experiencia finesa a la sierra.

A diferencia de Puebla, el trabajo en Robregordo está vinculado a la A-1, el área de servicio de Los Cerezos, la gasolinera, el mantenimiento de carreteras o los alojamientos turísticos. Sólo dos familias viven de la ganadería cárnica. Aunque la mayoría de los 12 residentes en edad laboral son locales, algunos han llegado de Madrid, como Nuria, una ex banquera hastiada de estrés, e incluso de Rumanía y de Marruecos. La alcaldesa confía en que la apertura de un residencia privada para discapacitados en Somosierra, que creará 45 empleos, sirva para atraer población. Otro proyecto que generaría entre 60 y 70 empleos sería la creación de un centro deportivo de montaña en la antigua residencia femenina de Los Robles, hoy abandonada, para esquiadores, ciclistas o montañeros. La proximidad a la acebeda más grande del sur de Europa es un atractivo añadido.

El milagro de Pozuelo

Si la escasa población de Puebla de la Sierra y Robregordo hace que sus casos no pasen de la mera anécdota, no ocurre igual con la localidad con mayor renta per cápita de Madrid. En Pozuelo de Alarcón el pleno empleo es un hecho, ya que su tasa de paro apenas sobrepasa el 5%. De hecho, los 2.451 parados registrados en enero tienen mejores perspectivas que los de cualquier otra localidad madrileña gracias a su alta cualificación media.

La mayoría supera los 45 años, con al menos diez años de experiencia, con formación media alta y llevan menos de 18 meses en el paro, según los datos del consistorio. «Tenemos pleno empleo, pero no olvidamos que hay casi 2.500 vecinos sin trabajo. Para ellos ponemos en marcha programas específicos, por ejemplo, los cursos de “coaching” individualizados. Por darle un dato: el 60% de los participantes en sus diferentes ediciones ha encontrado trabajo», explica la alcaldesa Susana Pérez Quislant.

Aunque como reconoce Pérez el paro no figura entre los problemas que preocupan a los pozueleros, el consistorio no sólo organiza cursos de actividades muy demandadas como gestión de blogs, grabación de datos o gestión de archivos, sino que además potencia medidas para atraer a emprendedores. «Los acogemos con los brazos abiertos. Las empresas que inicien una actividad y tributen por cuota municipal están exentos del IAE los dos primeros años y bonificamos el 50% los dos siguientes. También concedemos una bonificación de entre el 15% y el 45% a quienes hayan incrementado el promedio de su plantilla con contrato indefinido a tiempo completo», explica. Además, en Pozuelo los emprendedores cuentan con una bonificación del 50% en la tasa de apertura de establecimientos que puede alcanzar el 99% para los emprendedores que provengan del paro de larga duración. Esta situación, junto a las facilidades que da urbanismo para el emplazamiento de grandes empresas, ha transformado Pozuelo de ciudad dormitorio a polo empresarial en el que cada día entran a trabajar 40.000 personas.

El pleno empleo deriva en más seguridad y eso atrae no sólo a empresarios sino también a jubilados con renta elevada, que buscan las ventajas de una vida más tranquila a unos minutos de Madrid capital. Una ventaja más para Carmen Laso, dueña de la farmacia Europa, abierta 24 horas desde hace 15 años y que da empleo a 23 mujeres de entre 20 y 60 años. El clima empresarial y vital también fue crucial para que Tessa Aparicio Curren abriera su segunda empresa, una escuela de negocios, en Pozuelo. Su primera aventura en la capital, vinculada a la enseñanza de inglés por aquello de que su abuela provenía de la isla de Jersey, fue un éxito, así que decidió lanzarse. De su núcleo familiar y de amistades, unas 60 personas, ninguna está desempleada.

Lo que en Barbate (46,08% de paro), Sanlúcar (34,75%), Jérez (33,95%) o La Línea (33,59%) es una quimera, en la otra España es el pan nuestro de cada día.

Source: The PPP Economy

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