La UE espera que EE UU mueva ficha para avanzar en las negociaciones de Basilea


La Unión Europea (UE) espera que la nueva administración estadounidense aclare su posición respecto a la reforma bancaria que negocia el Comité de Basilea para avanzar hacia un acuerdo al que marca líneas rojas, dijo la Comisión Europea (CE) tras discutir hoy el tema con los Estados miembros.

Bruselas espera que Washington muestre sus cartas para dar el siguiente paso en la negociación de nuevos estándares internacionales de regulación para la banca, pero advierte de que no aceptará normas que disparen los requisitos de capital para sus entidades ni afecte a la sensibilidad de su sistema de gobernanza.

«Ahora contamos con que la nueva administración estadounidense explique sus prioridades para que podamos hacer progresos», dijo el vicepresidente de la CE para el Euro, Valdis Dombrovskis, en rueda de prensa al término del consejo de ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin), en el que explicó a los países el «impasse» en la actividad de este foro.

La última reunión del Comité de Basilea en noviembre se cerró sin acuerdo y la prevista para enero se pospuso, previsiblemente hasta marzo, en un parón en el que han influido la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump y las amenazas del republicano de derogar la principal ley de regulación de la banca estadounidense, la Dodd-Frank.

«Por el momento no tenemos ninguna indicación concreta por parte de la nueva Administración» americana, dijo Dombrovskis, que aseguró que el lado europeo «está dispuesto a avanzar» en un acuerdo que ve «más cerca».

El político letón recordó que entre los Veintiocho hay unanimidad sobre que cualquier acuerdo debe respetar lo pactado en rondas previas, a saber, «que Basilea III no llevará a un aumento sustancial de los requisitos de capital y que es importante preservar la sensibilidad de nuestro marco de gobernanza financiera».

El ministro español de Economía, Luis de Guindos, defendió que debe alcanzarse un acuerdo «global», dado que la banca es un sector mundial, e instó a encontrar un consenso entre los Veintiocho que no «estigmatice» la banca europea ni se generen dudas sobre su transparencia.

En otro orden de cosas, los ministros aprobaron en su primera reunión del año las recomendaciones de política económica para la eurozona presentadas por la CE en noviembre y respaldaron las prioridades del Ejecutivo comunitario para 2017: impulsar la inversión, seguir con las reformas estructurales y aplicar políticas fiscales responsables.

Sin embargo, los Veintiocho dieron carpetazo a la idea de Bruselas de aportar un estímulo fiscal del 0,5 % del PIB para la eurozona, que debería venir esencialmente de Alemania, Holanda y Luxemburgo.

«Recordamos que no podemos estar de acuerdo en esto», dijo el ministro de Finanzas maltés, Edwuard Scicluna, cuyo país ostenta la presidencia rotatoria de la UE, quien señaló que acordaron «dejar en manos de los países acoger los mensajes» de la Comisión.

Dombrovskis subrayó que se han aprobado las recomendaciones por país, en las que se pide a los que han superado sus expectativas fiscales a medio plazo que aprovechen «ese espacio para impulsar la inversión», un mensaje que en noviembre Bruselas dirigió a Alemania, Holanda y Luxemburgo.

Los ministros también tuvieron una primera discusión sobre la propuesta para permitir, temporalmente y bajo condiciones, un mecanismo para invertir el sujeto pasivo del IVA en las transacciones entre empresas superiores a 10.000 euros.

El plan, presentado por la CE a instancias de República Checa, Alemania y Austria, supondría en la práctica que sería el comprador de la mercancía o servicio quien debería pagar el IVA a Hacienda, a diferencia del sistema actual, en el que el impuesto se fracciona entre la cadena de suministro y la responsabilidad última con el fisco recae en el vendedor.

El objetivo es acabar con el llamado fraude en carrusel -cuando el vendedor no cumple con Hacienda-, pero los ministros no fueron capaces de llegar a un acuerdo, entre otras cosas, porque los impulsores de la medida creen que se han fijado demasiados límites para aplicarla.

El inicio del año económico para los ministros estuvo inevitablemente influido por la llegada de Trump y por el «brexit», eventos en los que algunas capitales empiezan a ver una oportunidad para fortalecer la UE y los lazos con nuevos socios comerciales.

Efe

Source: The PPP Economy

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