La inflación pone a Lagarde contra las cuerdas
Algunos periodistas presentes en Davos, como Christian Siedenbiedel del diario alemán Frankfurter Allgemeine, han publicado que Christine Lagarde reconoció allí en enero que el BCE «ha subestimado la inflación» y que «el BCE está ahora al menos abierto a cambios». En los pasillos de la Eurotower de Frankfut se comenta abiertamente que los expertos del regulador de la divisa europea han asumido la trayectoria de la inflación con lecturas «ligeramente diferentes» a lo que Lagarde ha venido admitiendo en público durante los últimos meses. Y hoy el consejo de gobierno del BCE se reúne dividido sobre la necesaria reacción al respecto y presionado por un dato de inflación histórico. Contra todo pronóstico, la inflación no solo no ha desacelerado en enero, sino que ha alcanzado un nuevo máximo en la zona euro en tasa interanual. Lagarde, contra las cuerdas y que se ve obligada a improvisar su discurso y su justificación de la política monetaria ultraexpansiva se tambalea bajo sus pies.
Se esperaba que los precios se moderasen hasta el 4,4% interanual, seis décimas menos que el dato de diciembre. Este descenso hubiera sido suficiente para que el argumento a favor de la continuidad siguiera en vigencia. Pero las previsiones del BCE no se han cumplido. La energía, azuzada por el conflicto en Ucrania y la fuerte demanda de combustibles, ha vuelto a contribuir de forma pesada y positiva al IPC de enero, dejando la inflación en el 5,1% interanual, el nivel de precios más alto registrado en más de 20 años de vida de la zona euro. El BCE insistirá, probablemente, en su mensaje y asegurará este jueves que la ‘joroba’ de la inflación está pintando un altiplano un poco más alargado de lo que se creía, pero que comenzará a caer pronto y las expectativas siguen bien ancladas. Pero en el seno del consejo la discusión será sin duda aliente y a Lagarde le costará más que en ediciones anteriores mantener su posición. Los analistas coinciden en que , por ahora, el banco central mantendrá todo arsenal desplegado, pese a que la inflación, su único mandato real, están muy lejos del objetivo del 2%, y por miedo a que una retirada de la respiración artificial agrave la situación de una economía euro que dista bastante de haberse recuperado..
«La pregunta más emocionante es cómo reaccionará la presidenta del BCE, Lagarde, ante esta alta tasa de inflación en la rueda de prensa. Es probable que haga hincapié en la dependencia de los datos en tiempo real. Sin embargo, evitará especificar medidas concretas para no alimentar más las expectativas que ya existen sobre los aumentos de los tipos de interés», aseguran los analistas de Commerzbank. Bert Colijn, de ING, considera por su parte que «esta tasa de inflación proporciona tanto a los halcones como a las palomas mucha munición para la reunión del consejo. Si bien las expectativas son que la inflación de la energía disminuirá constantemente, también esperamos que el crecimiento de los salarios se recupere en el trascurso de este año y aún vea más espacio para que aumente la inflación de los bienes a medida que los altos precios al productor se trasladan al consumidor». Quien más quien menos, todos esperan algún cambio, al menos de matiz, en el discurso de Lagarde. Podría enfatizar que el BCE debe estar abierto a cualquier cambio en las perspectivas de inflación y que no hay duda de que el banco central reaccionará si se cumplen las condiciones establecidas para empezar a subir tipos, ese sería el mensaje más continuísta porque ya lo insinuó en enero. «Pero probablemente no repetirá la declaración específica de diciembre de que es poco probable que aumenten los tipos de interés en 2022. Al mismo tiempo, es probable que enfatice que una determinación sostenible de la inflación en el objetivo 2% requiere aumentos salariales del 3%, que actualmente no son perceptibles», esperan los expertos de Commerzbank.
Buena parte de la reunión se dedicará seguramente a analizar en detalle los principales componentes de la inflación de la zona del euro, la energía ha subido a una tasa anual más alta (28,6%, frente al 25,9% de diciembre), seguida de alimentos, alcohol y tabaco (3,6%, antes del 3,2% de diciembre). ), servicios (2,4%, estable respecto a diciembre) y bienes industriales no energéticos (2,3%, frente al 2,9% de diciembre). La inflación se modera algo en España y Alemania, aunque mucho menos de lo esperado, mientras que en Francia o Portugal suma un nuevo incremento, poniendo en duda las previsiones para el IPC del área euro. Y el dato que termina de desbaratar el dato es la de Italia,, que se ha situado en el 5,3% en enero, 1,3 puntos por encima del consenso del mercado. Los expertos de Natixis opinan que este dato supone todo un desafío para el BCE.