Serena, cuando la psicología también es una cuestión matemática


El proyecto de Serena lo lideran Óscar Belmonte, profesor del departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad Jaume I, y Antonio Caballer, profesor del departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología.

El objetivo era la creación de un ‘chatbot’ capaz de conversar con las personas, evaluar sus emociones y detectar casos de soledad no deseada. Disciplinas distintas unieron fuerzas con la idea de la ciencia ciudadana, buscando la colaboración de los usuarios para saber cómo construir la aplicación de la forma más efectiva posible.

«Para detectar la soledad no deseada partíamos de cuestionarios estandarizados en el campo de la psicología que sirven para detectar este problema, y pensamos que suelen ser tediosos de pasar, con preguntas repetitivas. Decidimos agilizar el proceso y añadir preguntas abiertas donde la persona se expresara abiertamente», explica Belmonte. Hubo un reto que sortear para obtener la información, y fue la pandemia.

Serena

Por ello continúan reuniendo datos para fortalecer la muestra. Se anonimizaron las respuestas y se etiquetaron. Los algoritmos de aprendizaje automático, basados en redes neuronales necesitan una ingente cantidad de información para entrenarse, y la idea es cuanta más información mejor. «Vimos que la soledad afecta más a mujeres que a hombres, y las personas que tuvieron acceso a la tecnología para comunicarse con sus seres queridos se sintieron menos solas que las que no han tenido la disponibilidad de soluciones tecnológicas», comenta Caballer.

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El trabajo inicial de Serena contaron con la financiación de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), y estuvo apoyado también por el Ayuntamiento de Castellón de la Plana y la Cruz Roja, al Hospital Universitario La Plana de Vila-real y el Teléfono de la Esperanza. Ahoras se sigue desarrollando dentro de la cátedra Cuatroochenta, financiada por esta empresa. «Seguimos con el proceso, y ampliando la temática más allá de la soledad, con el aislamiento social y la fragilidad de los mayores», aseguran los científicos. Ambos profesores aclaran que la plataforma de detección de soledad puede ayudar a los profesionales de la salud, pero no es su sustituto.

La ventaja reside en que aplicar estos cuestionarios a través de un chatbot les permitió hacer un seguimiento a lo largo de meses y ver cómo fluctuaban los niveles de soledad y así comprobar si hay un riesgo continuado de soledad. Ahora, la diputación de Castellón está interesada en trasladar estos estudios a zonas del interior, que es la parte de la España vaciada.

Source: Noticias

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