
El precio del populismo
LA trompetería con la que se ha notificado el acuerdo de la reforma laboral lleva a pensar en ese refrán que dice: «Dime de qué presumes y te diré de qué careces». Causaba tanto sonrojo lo de «el primer acuerdo laboral en 40 años» -estando en la Wikipedia los de Aznar (1997) y Zapatero (2006)- que hasta su autor tuvo que envainársela. Esta reforma en realidad va de eso, de envainadas, y eso dificultará su aprobación en el Congreso.
Los cambios suponen concesiones para hacer felices a los agentes, incluida Bruselas, mas no necesariamente a los representados. Y, fundamentalmente, se trata de preservar la reforma de 2012 que nos permitió superar la penúltima crisis sin facilidades multimillonarias. Una reforma denostada por… Ver Más
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