La pérdida del último bastión de los Hidalgo
Air Europa era la joya de la corona de Globalia. La aerolínea se hizo grande al apostar por las rutas con Iberoamérica, y fue esta posición en el continente americano la que provocó que Iberia se lanzase a por su compra. Una negociación que comenzó Javier Hidalgo y que, en las últimas semanas, también contó con la participación del fundador del grupo Globalia, su padre Juan José.
Pese a que solo han pasado dos años, el grupo se ha transformado desde que se anunció la venta de Air Europa a Iberia. Apenas unos meses después de conocerse la operación, cifrada inicialmente en mil millones de euros, Globalia anunció la fusión de sus agencias de viaje con las de Barceló. Una operación que también se congeló tras el estallido de la pandemia y que solo salió adelante cuando la SEPI rescató a ambas divisiones con una inyección de 320 millones de euros.
El conglomerado también sacó al mercado en 2020 su división hotelera, Be Live, para la que planteó inicialmente una fusión con Blue Bay. Finalmente, la operación no terminó de concretarse, pero el negocio sigue a la venta. De hecho, en los últimos meses se ha especulado con la posibilidad de una nueva operación con Barceló.
Además de los cambios en el negocio, la dirección se ha transformado, ya que Javier Hidalgo anunció en abril de este año su dimisión como consejero delegado del holding que levantó su padre, que tiene hoy en su servicio de asistencia en tierra uno de los mayores negocios. La pandemia del coronavirus, con sus restricciones a la movilidad, y el fallido relevo generacional dentro de la compañía han dejado en los huesos a Globalia, un grupo que hace pocos años presumía del alcance de Air Europa y que hoy busca obtener el máximo rendimiento posible a su venta.