«Es el momento de decidir qué tecnologías queremos liderar como industria y como país»
La Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (Tedae) integra a industrias tecnológicas españolas con presencia en estos ámbitos de actividad. Su presidente, Ricardo Martí Fluxá, analiza la situación del sector en un momento en el que España está desarrollando programas que se encuentran entre los mejores de su categoría a nivel mundial.
¿Cómo ha impactado el Covid en la industria española de defensa?
Nuestra industria cuenta con cadenas de suministro muy globalizadas, que se han visto afectadas por la crudeza de esta repentina pandemia y las restricciones que llevó aparejadas. En este año y medio hemos visto cómo se han paralizado proyectos, se han retrasado plazos o ha habido dificultades de liquidez. A pesar de esto, la Defensa ha demostrado tener un valor añadido que ha sido fundamental a la hora de mitigar el impacto de la crisis generada por el Covid. Su carácter anticíclico y su resiliencia han ayudado a resistir mejor que otros ámbitos económicos el impacto de la crisis. Esto pone de manifiesto, una vez más, que es un sector estratégico y refugio para la economía española por el efecto de arrastre a otros sectores que implica su actividad.
¿Cree que a veces no se ha reconocido la importancia estratégica que tiene el sector?
Nuestros sectores tienen un papel fundamental en las exportaciones. En 2020 nuestra industria exportó el 55% de su facturación. En innovación, las industrias Tedae invirtieron en 2020 volúmenes equivalentes a otros sectores líderes de la economía, como el de la automoción y el farmacéutico. Uno de nuestros roles en Tedae es dar a conocer el retorno que la industria de Defensa tiene para la economía y para la sociedad por su carácter innovador y tractor. La industria de Defensa de la que dispone España es un éxito colectivo que debemos compartir. Se ha logrado a base de mucho esfuerzo y especialización de los equipos humanos, de una colaboración público-privada que ha invertido, con visión de largo plazo, en tecnologías que cada vez se han hecho más necesarias en múltiples ámbitos de la vida, y de una cooperación con las instituciones internacionales. Las políticas de financiación estable dan seguridad a nuestros desarrollos. Acometerlos en un contexto financiero conocido, suficiente y con continuidad, nos permite avanzar con paso firme y más agilidad. Hay que tener en cuenta que se trata de tecnologías duales que se transfieren a otros ámbitos como la electrónica, la aviación o la observación de la Tierra para la previsión de fenómenos naturales o de movilidad.
¿Puede el contexto económico comprometer esa inversión en I+D?
Nuestras industrias de alta tecnología tienen ante sí enormes retos que son imposibles de superar sin un compromiso compartido con la Administración por inversión permanente y ambiciosa en I+D+I. Aspectos como la digitalización, la sostenibilidad, las nuevas tecnologías o la transición ecológica, son retos ineludibles que no se pueden alcanzar sin I+D+I. Es el momento de decidir qué tecnologías queremos liderar como industria y como país. La industria de defensa representa para España un enorme patrimonio que dispone de una credibilidad tecnológica reconocida en todo el mundo que debe servir de palanca para alcanzar el liderazgo en determinadas tecnologías que después se aprovecharán en el conjunto de la sociedad.
¿Aspira el sector a tener un papel protagonista en los fondos europeos?
Nuestro planteamiento es una clara apuesta por la digitalización de los procesos y entornos desde una industria que ha demostrado su gran capacidad tractora. Los fondos de este Plan de Recuperación son una oportunidad excepcional para acelerar esta digitalización, toda una revolución que tenemos que liderar y que nos ayudará a preservar la seguridad de nuestros procesos de fabricación de productos y servicios. Si no disponemos de empresas digitalizadas no seremos capaces de asimilar la tecnología que viene y con la que tendremos que trabajar.
«Los fondos europeos son una oportunidad excepcional para acelerar nuestra digitalización»
¿Qué papel esperan que puedan tener las empresas españolas en el futuro avión de combate europeo FCAS?
Nuestro papel va a ser y está siendo activo. España se ha incorporado al proyecto al mismo nivel que Francia y Alemania con lo que nuestras empresas se encuentran trabajando codo con codo con sus homólogas francoalemanas. Al igual que ocurrió con el programa Eurofighter en los años noventa, el FCAS debe servir para desarrollar toda una nueva serie de tecnologías punta, que aportarán un salto cualitativo a toda la cadena de suministro involucrada en el programa y que España puede liderar.
¿La proyección internacional de la fabricación del vehículo VCR 8×8 puede ser un espaldarazo para nuestras firmas?
Totalmente. El 8×8, tal y como se ha concebido, incorpora los últimos avances en materia de protección, comunicaciones, observación… Esto aportará un sinfín de capacidades al Ejército de Tierra. Su versatilidad hace que muchos países puedan ver en este programa una solución a sus necesidades, especialmente en un marco europeo cada vez más consciente de la comunalidad de sistemas. Estos proyectos de envergadura visibilizan nuestra actividad y suponen un campo de prueba y perfeccionamiento de la última tecnología. Ir por delante en este tipo de desarrollos nos dará una ventaja competitiva al compararnos con el resto de países.
¿Qué supone para el sector la activación de otro gran programa naval, la construcción de las Fragatas F-110?
Con las F-100, España alcanzó la capacidad de desarrollo de un buque de combate de altísimas capacidades, lo que ha permitido algunos de los mayores contratos de exportación de nuestra industria a países como Australia o Noruega. Con las F-110, damos un salto a esa capacidad aplicando nuevas tecnologías y poniendo en marcha un aspecto puntero como es el gemelo digital. Será una fragata verdaderamente puntera y una palanca para la digitalización de todo el sector de construcción naval.