El Comité de Basilea plantea penalizar la exposición de la banca a las criptomonedas


La expansión de las criptomonedas no ha pasado desapercibida para la banca. Su interés real por este tipo de activos todavía está contenido pero hay quien ya trata de adelantarse a la posibilidad de que las entidades financieras busquen entrar de lleno en este campo. Concretamente, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS, por sus siglas en inglés), el organismo encargado a nivel mundial de la regulación prudencial de los bancos y, en particular, de su solvencia. Su objetivo es dotar al sector financiero de un marco más estricto para con este tipo de activos.

La institución ha emitido una consulta pública para determinar el marco prudencial al que deben someterse la exposición de la banca a las criptomonedas. «Si bien las exposiciones de los bancos a los criptoactivos son actualmente limitadas, el crecimiento continuo y la innovación en los criptoactivos y servicios relacionados, junto con el mayor interés de algunos bancos, podrían aumentar las preocupaciones sobre la estabilidad financiera global y los riesgos para el sistema bancario en ausencia de un tratamiento prudencial específico», reza la nota de prensa.

Dicha consulta se lanza para que las entidades den a conocer su posicionamiento sobre la posibilidad de imponer estrictos requisitos de capital a quienes operan con criptomonedas. El proceso estará abierto hasta el mes de septiembre, aunque Basilea no descarta tener que emitir más consultas a futuro.

La institución divide su propuesta para el tratamiento prudencial en dos tipos. Por un lado, aquellas criptomonedas que sí cumplen un conjunto de condiciones para entrar dentro del marco prudencial existente -con algunas modificaciones-, como «ciertos activos tradicionales tokenizados y monedas estables»; por otro, aquellas criptomonedas, «como el bitcoin», que no cumplen las condiciones de clasificación y que habrían de estar sujetos «a un nuevo tratamiento prudencial conservador».

En este segundo caso, cualquier moneda de esta índole recibirá, de cara al marco de exposición de la banca, una ponderación por riesgo del 1.250%, la más alta. En la práctica esto se traduciría en que por cada 100 euros que una entidad tenga por ejemplo en bitcoin, exigiría un requisito de capital de otros 100 euros. Una salvaguarda de cara a la operativa con este tipo de activos dado el elevado riesgo que podrían entrañar.

Así las cosas, Basilea no extiende su propuesta para todo tipo de criptomonedas. «Las monedas digitales de los bancos centrales no están dentro del alcance de la consulta», ha informado, con lo que si la Reserva Federal o el Banco Central Europeo (BCE) emitieran su propia moneda digital no quedarían abarcados por lo que resulte de la consulta. Con todo, los estándares de regulación bancaria que acuerda la institución no son legalmente vinculantes, pero su implantación se basa en el compromiso de sus miembros para adoptarlos.

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