Justo lo contrario


La crisis derivada de la pandemia es de tal magnitud que ha derribado mitos y nos ha obligado a modificar comportamientos de honda raigambre. No me refiero a que no podamos movernos o, mejor, que lo hagamos de una manera espasmódica, en medio de confinamientos erráticos y no siempre explicables. Tampoco pensaba hablarle de cosas como el teletrabajo o la reducción de los viajes profesionales. No, quería comentarle la obligada apostasía europea de sus sacrosantos principios de estabilidad. Ya nadie se acuerda, y quiénes lo hacen no pueden reprimir una sonrisa irritante de condescendencia, que la UE había elevado a la categoría de dogmas unos principios básicos de comportamiento de las cuentas públicas con el loable objetivo de garantizar la… Ver Más
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