Bankia Futuro Responsable: un fondo que piensa más allá de la rentabilidad


El término sostenibilidad se incorporó a nuestro lenguaje cotidiano a mediados de la década de 1990. Entonces, se trataba de un concepto restringido limitado a la ecología y medio ambiente. Sin embargo, con el paso del tiempo, su extensión se ha ido ampliando hasta el punto de que se aplica a numerosos órdenes de la vida. La agenda de desarrollo sostenible, que tiene como horizonte 2030, consecuencia del conjunto de objetivos globales acordado por los líderes mundiales en septiembre de 2015, así lo demuestra. Cada uno de los 17 fijados tienen metas concretas: fin de la pobreza; hambre cero; salud y bienestar; educación de calidad; igualdad de género; agua limpia y saneamiento; energía asequible y no contaminante; trabajo decente y crecimiento económico; industria, innovación e infraestructura; reducción de las desigualdades; ciudades y comunidades sostenibles; producción y consumo responsables; acción por el clima; vida submarina; vida de ecosistemas terrestres; paz, justicia e instituciones sólidas, y alianzas para lograr los objetivos.

La inversión socialmente responsable se encuadra en este contexto. Se trata de la integración de principios éticos, sociales y ambientales al proceso de toma de decisiones de inversión, de modo complementario a los tradicionales criterios financieros de liquidez, rentabilidad y riesgo. Esa responsabilidad también ha de alcanzar a la oferta y a los gestores de esos productos.

A esta filosofía responde Bankia Futuro Sostenible, FI Clase Universal, un instrumento financiero que toma como referencia la rentabilidad del índice Dow Jones Sustainability Index (DJSI). Un fondo ético que se administra con pautas socialmente responsables. No apuesta por empresas que atenten contra la vida o la dignidad humana y sí por aquellas que luchan contra la pobreza, el hambre, la desigualdad, el fomento de la salud, bienestar, el consumo responsable, la protección medioambiental, los derechos humanos y laborales.

El universo de inversiones es analizado por Novaster EAFI, que aplica los filtros necesarios para elegir las compañías que cumplan con el ideario ético. La mayoría de la cartera sigue esos fundamentos. Invierte directa o indirectamente más del 75 % de la exposición total en renta variable de cualquier capitalización y sector, y el resto en fija pública/privada (incluyendo depósitos e instrumentos del mercado monetario cotizados o no, líquidos), con al menos mediana calidad (mínimo BBB-) o si es inferior, y hasta un 10 % en baja calidad (inferior a BBB-) o sin rating. Con duración media de cartera renta fija no predeterminada.

Los emisores/mercados son de la OCDE y pueden tener hasta un 35% de la exposición total en emergentes. Además, se puede invertir más del 35% del patrimonio en valores emitidos o avalados por un Estado de la Unión Europea, una comunidad autónoma, una entidad local, los organismos internacionales de los que España sea miembro y estados con solvencia. También se puede operar con derivados negociados en mercados organizados de derivados con la finalidad de cobertura y de inversión y no negociados en mercados organizados de derivados con la finalidad de cobertura y de inversión.

Se invertirá hasta un máximo conjunto del 10% en activos que introduzcan mayor riesgo que el resto de las inversiones por su liquidez, tipo de emisor o grado de protección al inversor, entre otros. Esta participación es de acumulación, es decir, los rendimientos obtenidos son reinvertidos y el partícipe podrá suscribir y reembolsar sus participaciones con una frecuencia diaria. La rentabilidad acumulada entre el 1 de enero y el 3 de octubre de 2018 es del 0,32%.

Source: The PPP Economy

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