Una factura de hasta 29.000 millones de euros


La banca está viviendo una semana «horribilis» a la espera de que el Tribunal Supremo determine de una vez por todas quién debe asumir el coste de los impuestos asociados a la firma de las hipotecas. Ayer se dejó otros 3.000 millones de euros de valor en bolsa y acumula ya unas pérdidas de 8.200 millones de euros desde que el Alto Tribunal sentenciase el pasado jueves que tenían que ser las entidades y no el cliente quien asumiera el pago del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados. Ayer, Banco Sabadell lideró los números rojos del sector, con una caída del 5,3%, seguido por Unicaja y Liberbank, con descensos del 4,9% y el 4,8%; Bankia recortó su valor un 4,7% y CaixaBank, un 3,6%. BBVA retrocedió un 2,1%, mientras que Bankinter cayó un 1,4% y Banco Santander, un 0,59%.

Estos descensos se reproducirán casi con total seguridad en el caso de que el Supremo falle el próximo 5 de noviembre contra los intereses de la banca, si bien el impacto puede variar mucho en función de si aplica o no retroactividad. Según Gestha, el sindicato de técnicos de Hacienda, los bancos tendrían que devolver un mínimo de 3.631 millones de euros, más los intereses de demora, por los impuestos de los últimos cuatro años de 1,5 millones de contribuyentes. Esta cantidad representa el 9,7% de los beneficios de la banca desde 2014.

No obstante, las devoluciones podrían dispararse hasta los 25.657 millones de euros si el Supremo estimase que deben ser devueltas las cantidades de los últimos 15 años, desde enero de 2003. Se trataría de los impuestos cobrados a 13,4 millones de hipotecados, que sumados a las cantidades de 2014 a 2018 sumarían un total de 29.288 millones de euros, más intereses. En cualquier caso, lo más probable es que tuviesen que pleitear con los bancos para recuperar ese dinero.

Source: The PPP Economy

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