Mejora el empleo, pero se divisan nubarrones en el horizonte
Después de los malos datos conocidos en el mes de agosto (se destruyeron más de 300 mil contratos el día 31 de agosto), las previsiones para el mes de septiembre no eran demasiado halagüeñas. Sin embargo, los datos que nos ha proporcionado el Ministerio han sido sensiblemente mejor de los esperados; ha subido en algo más de 20 mil personas el número de desempleados; el mejor dato desde 2014, dejando el número de desempleados totales en 3,2 millones.
Sin duda, el dato más importante y más relevante y en este caso con carácter positivo ha sido el aumento en la filiación a la Seguridad Social en casi 23 mil personas (solo el sector de la educación ha ganado más de 53 mil nuevos cotizantes este mes como consecuencia del comienzo del curso escolar), dejando el número de cotizantes en 18,8 millones. Observamos un fenómeno que es típico del mes de septiembre: por un lado, han aumentado los desempleados, y por otro aumenta el número de afiliados. Esto sucede porque aparte de las personas que han perdido su trabajo, en septiembre hay muchas otras personas que antes no trabajaban, ni buscaban empleo y han cambiado de opinión y han decidido apuntarse a las listas del paro; por lo tanto, estas personas han pasado de inactivos a parados.
Otro de los datos a destacar, y que ya atisbamos una mejora importante en el mes de agosto, ha sido el aumento importante en la contratación indefinida, con más de 232 mil nuevos contratos, lo que equivale al 11,9% de los contratos firmados. Esta tendencia que como decíamos empezó a darse con más fuerza en el mes de agosto, esté probablemente muy relacionada con las comunicaciones que el Ministerio envió a las empresas que estaban abusando de la temporalidad en las contrataciones, avisando de las sanciones y de la inminente visita de las Inspección de Trabajo si esta situación no se revertía de inmediato. De momento, parece que surtiendo efecto.
De cara al final de año y con las perspectivas que los indicadores económicos nos transmiten, sin duda, hay muchos datos que nos tienen que hacer pensar sobre las medidas que debemos implementar para que la desaceleración tenga el menor impacto posible.
Si analizamos los datos que el mercado laboral nos ha dado desde el último trimestre del 2017, vemos que “salvamos los muebles” gracias fundamentalmente al comportamiento del primer semestre de 2018, ya que el último trimestre de 2017 y el tercero de 2018 han dejado mucho que desear, lo que hará que en ningún caso lleguemos a los 483 mil empleos creados el año pasado. De forma sistemática se ha creado menos empleo que en 2017.
Hay muchas variables económicas que están teniendo un impacto en el presente y lo tendrán a futuro en la creación de empleo (que antes eran vientos de cola pero ahora se han convertido en frontales). Hablo, a nivel interno; de un aumento de la inflación con los salarios estancados, de la desaceleración en el crecimiento del PIB, de la bajada de las ventas minoristas, de la bajada en el consumo de los hogares, de la bajada del índice de confianza de los consumidores (ha bajado 6 puntos en un año), de la inestabilidad política que vivimos y por supuesto del retroceso del turismo en 2018; y a nivel externo, hablo de cómo la energía se ha encarecido (esto tiene un gran impacto, entre otras cosas, en la balanza por cuento corriente que se ha reducido hasta menos de la mitad del valor registrado en 2017); de la inminente subida de los tipos de interés y de los estímulos externos del Banco Central Europeo, de la apreciación del euro o del enfriamiento que está sufriendo en general la economía europea.
Todo esto hará que la economía se ralentice y, con ello, la creación de empleo. No olvidemos la estrecha relación histórica entre el crecimiento del PIB y el crecimiento del empleo. Si este enfriamiento se produce en este momento, nos encontramos con 3,2 millones de desempleados (con criterios del SEPE) y a partir de ahí es muy probable que sigamos creando empleo durante el próximo año, pero a una velocidad muy inferior a la que venimos experimentando hasta ahora. Recordemos que, aunque no es comparable, cuando comenzó la crisis de 2008, “sólo” teníamos 1,7 millones de desempleados inscritos en el SEPE.
El Gobierno deberá tomar medidas para que la caída será lo más suave posible, y desde luego la solución no pasa por subir los impuestos, los ciudadanos deben disponer de la mayor renta posible en su bolsillo para que aumento el consumo, se creen empresas y a partir de ahí mejorará la economía y el empleo.
*Carlos Martínez, presidente de IMF Business School,
Source: The PPP Economy